Larogov estima que dicha batalla se producirá en el término de dos meses, siendo Raqqa la dirección que tomará la ofensiva, donde no solamente atacarán las posiciones del Califato Islámico, sino también las del Frente Al-Nosra, ya que ambas organizaciones están fuera de las conversaciones de Astana.
Desde comienzos de este año la prensa iraní viene lanzando un dardo tras otro contra Erdogan, un bien índice de que el eje que se había formado durante la Guerra de Siria empieza a resquebrajarse. Según los iraníes el bombardeo ruso en el que murieron tres soldados turcos no fue ningún error sino una advertencia claramente dirigida a poner los límites a la intervención turca en el norte de Siria.
El analista ruso considera que el ejército turco pretende imponer por su cuenta las “zonas de seguridad” de las que habló Trump, para lo cual ha ocupado una gran parte de territorio en el norte de Siria, obligando al gobierno de Damasco a denunciar la invasión ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Ahora la prensa rusa se une a la iraní y Larogov asegura que el ejército sirio debe tomar el control de Al-Bab, desalojando a los turcos de la ciudad. La “gran batalla” de Siria tiene el visto bueno de Rusia porque Turquía no está cumpliendo con los compromisos contraídos con Rusia, lo que califica como “un golpe de Estado”. Recientemente el nuevo director de la CIA, Mike Pompeo, ha estado en Ankara, su primer viaje después de la llegada de Trump a la Casa Blanca.
El gobierno turco tiene buenas expectativas, por lo que han empezado a emitir declaraciones cada vez más confusas, especialmente sobre el asalto a Raqqa, una tarea complicada a la vista de las debilidades que ha mostrado el ejército turco para capturar Al-Bab.
Un indicio de que las relaciones de Erdogan con Estados Unidos pueden mejorar es la inminente suspensión de la ayuda del Pentágono a las milicias kurdas de PYG, que van a ser sustuitidas por Emiratos Árabes Unidos. Eso explica que en la reciente gira de Erdogan por varios países árabes se haya suspendido su visita a Abu Dabi sin ninguna clase de explicaciones.