Ayer el Ministerio de Defensa ruso informó que había atacado un centro de entrenamiento en la región de Jarkov, eliminando a unos 50 instructores enviados por la OTAN.
“Como resultado del ataque, alrededor de 50 instructores extranjeros murieron”, declaró el Ministerio, anunciando que había llevado a cabo un ataque con misiles Iskander contra un punto de despliegue temporal de “instructores y mercenarios occidentales” en la localidad de Derkatchi, en los suburbios del noroeste de Jarkov.
El ejército ruso lanzó una ofensiva en esta región el 10 de mayo, rechazando a las tropas ucranianas y obligando a Kiev a desplegar refuerzos allí, a riesgo de extender sus líneas de defensa a otros lugares.
Más de 13.000 mercenarios extranjeros se han unido a las filas del ejército ucraniano desde febrero de 2022, según fuentes rusas. El Ministerio de Defensa afirma haber eliminado a 6.000, tras haber advertido a los voluntarios que no participen en la guerra del lado del gobierno de Kiev.
El Iskander es un misil balístico con un alcance de 50 a 500 kilómetros, siendo su variante K capaz de alcanzar 2.000 kilómetros, a menos que siga una trayectoria tensa, lo que le permite alcanzar su objetivo más rápidamente, pero a costa de reducir su alcance.
En las últimas semanas se han informado ataques de Iskander, particularmente contra aeródromos ucranianos, mientras que el gobierno de Zelensky espera recibir cazas F-16 de los países de la OTAN, pero también de sistemas de misiles Himars de fabricación estadounidense.