Los reclutas afirman necesitar ayuda urgente frente “a los generales del ejército que les explotan”. Ellos se quejan de “las condiciones extremadamente difíciles en las que llevan a cabo su servicio militar” y subrayan “los problemas económicos que sufren”.
El Centro de Información palestino, que se hizo eco de estos llamamientos, señala que los soldados manifiestan que existe una “grave discriminación en el tratamiento hacia algunas unidades donde realizan su servicio militar”. “Los generales tratan como soldados de segunda a los que estamos en unidades no combatientes”, denunciaron.
En el transcurso de la agresión a Gaza los fallos orgánicos del ejército israelí salieron a la luz. Los comandos palestinos de las Brigadas Al Qassam lograron penetrar en el corazón de la entidad sionista y capturar a soldados utilizando túneles subterráneos.
Además, los militares israelíes se mostraron débiles y divididos en las operaciones terrestres. Tras sufrir varios reveses militares, la jerarquía militar renunció a continuar sus operaciones y aceptó un cese el fuego.
Israel no está seguro de su ejército y esto le ha empujado a frenar o limitar sus agresiones contra Gaza y el Líbano. La prensa israelí afirma de numerosos casos de estrés postraumático en las filas de los soldados israelíes.