Siguiendo las instrucciones de la OTAN al pie de la letra, a finales de 2015 el gobierno replegó el contingente. Quedó un reducido grupo, de una treintena de militares.
Ahora, el gobierno ha aprobado el traslado de 65 especialistas que se sumarán a esa treintena. El incremento de tropas en la misión de la OTAN está relacionado con la petición realizada por Estados Unidos, que pide un mayor esfuerzo a sus sicarios.
La tropa española, que contribuye en los Cuarteles Generales en Kabul a las tareas de Estado Mayor, atenderá también labores de adiestramiento, asesoramiento y asistencia a los órganos logísticos nacionales afganos, al Mando Nacional Afgano de Operaciones Especiales, y a un batallón de Operaciones Especiales, y prestarán protección y seguridad al personal desplegado.
Actualmente el gobierno mantiene 2.501 efectivos del ejército y de la Guardia Civil desplegados en 16 misiones internacionales. El ejército enviará a Irak otros 30 nuevos efectivos, llegando hasta los 480, a pesar de que se ha anunciado a bombo y platillo la victoria sobre el Califato Islámico. El Ministerio de Defensa se justifica por las necesidades de estabilización, capacitación y mejora de la integración del ejército irakí.
El gobierno está, pues, a las órdenes de la OTAN. Mantendrá la batería de misiles Patriot en Turquía (149 militares), por un periodo de seis meses prorrogables, seguirá contribuyendo en la Policía Aérea del Báltico con varios cazas de combate y en Letonia con 331 efectivos.
En Mali se duplicará la presencia de militares españoles. En la actualidad hay 140 efectivos y está previsto que se incremente hasta los 292.
La misión en Líbano es susceptible también de aumentar, pero está pendiente de si el gobierno toma el mando de una de las misiones.