El multimillonario chino Guo Wengui escapó de los tribunales de su país y en su dorado exilio de Nueva York se presentó como un opositor perseguido en eu país, un ferviente defensor de la democracia y un denunciante del “genocidio uigur”.
Salió de un tribunal para caer en otro porque ayer un tribunal federal de Nueva York le condenó por defraudar más de mil millones de dólares a miles de exiliados chinos.
Desde 2018 Guo Wengui aprovechó la fama que le deron los medios de intoxicación para animar a miles de personas a invertir en sus empresas, como GTV Private Placement o G/Clubs, que prometían inversiones rentables.
Guo escapó de China en 2014 durante una campaña contra la corrupción que atrapó a personas muy cercanas a él, incluido un alto funcionario de inteligencia.
El gobierno de Pekín acusó a Guo de violación, secuestro, soborno y otros delitos, pero Guo dijo que esas acusaciones eran falsas y estaban diseñadas para castigarlo por denunciar públicamente la corrupción.
Mientras vivía en Nueva York, el impostor desarrolló una relación cercana con Steve Bannon, un conocido reaccionario que asesoró a Trump. En 2020, Guo y Bannon anunciaron una iniciativa conjunta para derrocar al gobierno chino.
Una de las empresas de Guo pagó a Bannon un millón de dólares en honorarios de consultoría. Ambos construyeron redes de seguidores en línea basadas en la oposición a China y la lealtad a Trump y al Partido Republicano.
La jefa de personal de Guo, Yvette Wang, se declaró culpable de conspirar con Guo y otros para inducir de manera fraudulenta a los disidentes chinos y otros inversores a enviar dinero a través de entidades y organizaciones, incluidas las empresa de medios de Guo, GTV Media Group, Himalaya Farm Alliance e Himalaya Exchange, a cambio de acciones o criptomonedas.
El estafador se declaró en quiebra el año pasado. Los fiscales dicen que 5.500 inversores, la mayor parte de ellos exiliados políticos chinos, fueron embaucados para invertir más de 1.000 millones de dólares en tinglados controladas por Guo.
El dinero fue a parar a sus bolsillos y a los de un socio comercial con sede en Londres, Kin Ming Je, para financiar campañas políticas contra China y realizar dispendios extravagantes.
En 2015 donó 2,5 millones de dólares a una fundación dirigida por Tony Blair y el antiguo primer ministro británico le escribió una carta de recomendación para comprar el ático de un exclusivo edificio de apartamentos de Manhattan, donde fue detenido en marzo del año pasado por el FBI. El apartamento tiene 4.600 metros cuadrados, vistas a Central Park y un Lamborghini de un millón de dólares esperando en el garaje.
En 2017 Guo abrió una cuenta de Twitter y consiguió seguidores en varias plataformas de redes sociales. Solicitó asilo político en Estados Unidos, alegando estaba siendo perseguido en China.