Los países emergentes han tenido que recurrir al carbón porque el gas licuado se ha desviado a los países europeos, dipuestos a pagar precios muy elevados para llenar los depósitos para el invierno.
En India, a pesar de la producción récord de carbón local, el gobierno insta a los productores de electricidad a aumentar sus reservas de carbón por temor a no poder satisfacer la demanda energética que exige el crecimiento económico.
Al igual que los países de la Unión Europea con el gas, la India trata de asegurarse reservas de carbón para satisfacer la creciente demanda de electricidad. El Ministerio de Energía quiere que los productores de electricidad aumenten sus existencias de carbón térmico, que representa el 70 por cien de la electricidad, en un 6 por cien de aquí a septiembre.
Año tras año el país asiático extrae cada vez más carbón. La producción aumentó un 6,3 por cien en 2021, hasta 805 millones de toneladas, y un 11 por cien el año pasado, hasta 893 millones de toneladas. En 2025 se alcanzarán los mil millones de toneladas. Pero el esfuerzo sigue siendo insuficiente. El consumo alcanzó los 959 millones de toneladas en 2021 (+14,2 por cien) y los 1.027 millones de toneladas en 2022 (+7,1 por cien).
Por lo tanto, India necesita seguir importando carbón. Aunque las importaciones descendieron un 10,3 por cien en 2021, volvieron a subir el año pasadon 2022, un 7,8 por cien (+152 millones de toneladas) y deberían aumentar de nuevo este año. La minería del carbón y su comercio representan un sector clave para el gigante asiático.
Aunque el carbón sigue siendo el hidrocarburo más barato, su precio internacional se mantiene alto. A diferencia del gas natural y el petróleo, que han retrocedido a sus niveles previos al inicio de la Guerra de Ucrania, el precio internacional de referencia para Asia está por debajo de los 400 dólares la tonelada, un 99 por cien más que hace un año.
Es posible que se mantenga en niveles altos, ya que la demanda va en aumento. A diferencia de Europa, Estados Unidos o China, la economía india registró una envidiable tasa de crecimiento del 7,3 por cien el año pasado, uno de los mejores resultados del mundo en un contexto de depresión, y aún debería crecer un 6,6 por cien este año.
Para mantener su economía funcionando a ese ritmo, India necesita más electricidad y, por lo tanto, más carbón. El consumo de carbón de la India se ha duplicado desde 2007 a un ritmo anual del 6 por cien, y va camino de convertirse en el motor del crecimiento de la demanda mundial de carbón. El año pasado el país puso en funcionamiento 64 nuevas minas.
Mientras que en Estados Unidos se espera que la cuota de electricidad generada con carbón caiga del 20 por cien en 2022 al 18 por cien este año y al 17 por cien en 2024, no ocurre lo mismo en Europa.
La crisis energética, que comenzó en otoño de 2021, se ha visto amplificada por la guerra. Las importaciones europeas de carbón han aumentado un 6 por cien, procedentes de Colombia, Indonesia y Sudáfrica. La demanda europea ha contribuído a que el consumo mundial de carbón alcance un máximo histórico el año pasado y se espera que aumente un 1,2 por cien hasta superar los 8.000 millones de toneladas, tras un +6 por cien en 2021. Este modesto aumento se explica por la ralentización económica en China, cuya política de “covid cero” ha reducido la actividad económica.
Sin embargo, la extracción tiene dificultades para satisfacer el aumento de la demanda mundial, lo que elevará aún más los precios.