El Mossad envió al coronel Tzuri Sagi como instructor de las fuerzas kurdas que debían desplegarse en el norte de Irak, al tiempo que organizó varios atentados contra Saddam Hussein que serían imputados a los peshmergas kurdos para demostrar su capacidad como movimiento “de liberación”.
En Kurdistán el espía mantuvo contacto con el jefe del clan, el mullah Mustafá Barzani, padre del actual dirigente del Gobierno Regional de Erbil. Hay numerosas fotos que muestran a ambos posando en las montañas de Kurdistán:
En 2005, Masud Marzani, hijo de Mustafá, fue elegido Presidente del Gobierno Regional con un mandato de ocho años, es decir, que debió desalojar su cargo en 2013, aunque el Parlamento le prorrogó en su puesto otros dos años más, por lo que hace dos años que lo debería haber abandonado. No ha convocado el Parlamento precisamente poara evitar que le destituyan.
Su hijo, Mansur Barzani, dirige el consejo de seguridad, por lo que controla los servicios de información policiales y militares, siempre por cuenta del Mossad.
Su sobrino, Nechirvan Barzani, es el Primer Ministro del gobierno regional. Es uno de los responsables de permitir a los yihadistas apoderarse de Mosul y de la región de Sinjar en 2014, habitada por yazidíes.
Los Barzani aprovecharon el retroceso de los yihadistas para expandir su territorio, pero no permitieron el regreso de los refuguiados asirios y yazidíes a sus antiguos territorios, un caso de limpieza étnica y religiosa.
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