El movimiento de tropas ha ido acompañado de un fuerte despliegue de vehículos y equipamiento militar.
Las fuerzas pertenecen al batallón de Abu Ayub Al-Ansari que defendía el frente norte de Raqqa, atacado por el ejército regular sirio.
Los refuerzos permitieron el contra-ataque de ayer en el este de Alepo, que logró ser rechazado por al ejército regular, matando a 30 yihadistas e hiriendo a otros tantos.
Con piezas de artillería y cuatro helicópteros, las fuerzas gubernamentales destruyeron cinco tanques blindados en Rasm Al-Alam, cerca de Tak Maksur.
Sometidos a un fuerte fuego de artillería, los yihadistas se vieron obligados a replegarse.
Además de las fuerzas regulares, los kurdos y la milicia libanesa de Hezbolah, en los combates toman parte los miembros de la comunidad Berri, de confesión sunita, cuyo máximo dirigente fue asesinado por los yihadistas en 2012.
Un mes después de firmarse la tregua, se produjeron los choques en el barrio de Cheikh Maksud en los que murieron 32 combatientes kurdos y 27 yihadistas.
Hace un mes los yihadistas lograron tomar Al-Eis, al sudoeste de Alepo, pereciendo 25 combatientes, de los que 12 eran voluntarios de Hezbolah.
El 5 de este mes la artillería yihadista logró derribar un avión de la fuerza aérea, capturando a su piloto.
El día 6 los bombardeos yihadistas sobre el mismo barrio causaron la muerte de 18 civiles, entre ellos una mujer embarazada y tres niños.
El día 9 se reanudaron los combates en los barrios del sur de Alepo, muriendo 16 soldados del ejército regular y 19 yihadistas.
Hacia el 15 de este mes los combates se extienden desde el barrio de Hendarat, en el norte, al de Janasser, al sudeste, con más de 200 muertos.