En varias entradas hemos calificado a las tropas ucranianas como “carne de cañón” de la OTAN. Pero la cifra de bajas de Ucrania es difícil de concretar. Se infla o desinfla según las necesidades de la propaganda.
El hecho es que el mando militar ya ha procedido a seis levas en masa para enviarlas al campo de batalla. La última de ellas moviliza a los ancianos mayores de 60 años.
Estas tropas no están entrenadas para la batalla y, desde luego, más allá del número carecen de la experiencias de las rusas. Son milicias territoriales reconvertidas en tropas de choque, ya que Ucrania reserva las unidades de élite que el quedan para la ofensiva que la OTAN le exige.
La manipulación de la cifra de bajas ucranianas se completa con la de bajas rusas, convirtiendo la intoxicación periodística en un chiste sin gracia. El New York Times dice que Rusia ha perdido 200.000 soldados en la guerra.
El 22 de enero, en la televisión noruega, el general Eirik Kristoffersen, Jefe de Defensa de Noruega, aseguró que Rusia había sufrido unos 180.000 muertos y heridos, mientras que Ucrania tenía 100.000 muertos o heridos en combate, y 30.000 civiles muertos.
La ridícula conclusión es que Rusia mata mucho menos disparando mucho más. Tienen que tener muy mala puntería para fallar sus blancos de esa manera tan burda.
Otra explicación muy habitual de los “expertos” consiste en decir que en una guerra urbana el defensor tiene ventaja y sufre menos bajas que el atacante. También es falso.
Un ejército a la defensiva, como el ucraniano, se refugia en las ciudades porque carece de tanques y otro armamento pesado. Pero un campo de batalla urbano sólo es favorable a la defensa con un adiestramiento militar especializado y con el apoyo de blindados.
El coronel Doug Macgregor expone otros números, que posiblemente se acerquen más a la realidad. Estima en 122.000 los muertos ucranianos, más 35.000 desaparecidos en combate que, posiblemente, también estén muertos. El número de rusos muertos asciende a 16.000-25.000, con otros 20-40.000 heridos.
Por su parte, cuando el general ucraniano Valeriy Zaluzhny estuvo en Estados Unidos, confesó al Secretario de Defensa, Lloyd Austin, y al general Milley unas cifras terroríficas de bajas: desde el comienzo de la guerra, Ucrania había perdido 257.000 soldados.
Las estimaciones del Mossad sobre las bajas rusas y ucranianas a mediados de enero, según publicó el periódico turco Hürseda Haber el 25 de enero (*), son que Rusia había tenido 18.480 fallecidos y Ucrania 157.000. El número de heridos era de 44.500 rusos, frente a 234.000 ucranianos.
(*) https://hurseda.net/gundem/246987-iddia-mossad-a-gore-ukrayna-ve-rusya-kayiplari.html
La OTAN da una salida a su material obsoleto. Apenas reponen las pérdidas, a lo sumo pueden prolongar la guerra un año más, no para evitar la ruptura de la hegemonía del imperialismo de EEUU, sino para mostrar a los países que siguen bajo su control, lo extraordinariamente costoso, difícil y violento que resulta sacudirse su dominación.