El atentado de Estambul trata de impedir que Alemania se aleje de Estados Unidos

Pedro Canales
El atentado de Estambul en el que han muerto 10 turistas alemanes tiene como objetivo obligar a Berlín a renunciar a su política de distanciamiento de Washington y sus reticencias a integrarse en las coaliciones militares lideradas por Estados Unidos en Iraq, Siria, Afganistán y ahora Libia.

El Bundestag aprobó el pasado diciembre una resolución autorizando el envío de una fuerza militar a Siria para combatir al Estado Islámico. Esta decisión no ha gustado ni en los círculos del poder germanos, ni en los medios financieros, ni en el seno de las fuerzas armadas y de seguridad.

Alemania ha defendido desde el final de la Segunda Guerra Mundial una política de neutralidad, fijando sus prioridades en la unión y desarrollo de Europa, las relaciones estratégicas con Rusia y con el mundo árabe en todos los terrenos.

El atentado de Estambul, llevado a cabo por un suicida en las inmediaciones de la Mezquita Azul el 12 de enero, planificado para asesinar al mayor número de turistas alemanes, pretende tensar las relaciones entre Berlín y Ankara, así como enfrentar a la opinión pública alemana con la comunidad de inmigrantes turcos, estimada en unos cinco millones.

Hasta ahora Berlín ha evitado intervenir militarmente en países árabes en guerra, prefiriendo la vía diplomática de apoyo a la ONU y a la Unión Europea para superar las crisis.

Alemania rechazó primero la propuesta de Washington de unirse a la coalición anglo-norteamericana contra Saddam Hussein en Iraq, después la iniciativa franco-estadounidense de bombardear Libia para derrocar a Muamar Gadafi, y en un principio la invitación a unirse a la coalición internacional liderada por Estados unidos para derrocar al régimen de Bashar al-Asad.

Pero no solo eso, el Gobierno de Angela Merkel, siguiendo la línea trazada por los anteriores cancilleres respecto a Rusia, ha hecho todo lo posible para que la Unión Europea no se lanzase a una nueva guerra en defensa de  la Ucrania agredida por Rusia. Berlín ha calmado en los dos últimos años los ardores bélicos de París y Washington contra la Rusia de Vladimir Putin.

La campaña mediática occidental no es ajena a las intenciones que esconde el atentado terrorista de Estambul, cuando se insiste en que la Policía turca ha detenido a tres ciudadanos rusos sospechosos de vínculos con el Estado Islámico.
                                                                                            
Las noticias obvian que se trata de chechenos y daguestanos, integrantes de la columna internacional de yihadistas que combaten en las filas de Abu Bakr al-Baghdadi, estimada en unos 300 terroristas que, por otra parte, han entrado en Siria por la frontera con Turquía.
                                                                                            
El régimen del islamista turco Tayyip Erdogan tendrá que dar algo más que someras explicaciones a Angela Merkel sobre su calculada permisividad y complicidad con los terroristas que combaten al régimen de Damasco.

Fuente: http://www.mil21.es/noticia/401/3-GUERRA-MUNDIAL/El-atentado-de-Estambul-trata-de-impedir-que-Alemania-se-aleje-de-Estados-Unidos.html

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