El acuerdo de asociación estratégica entre Irán y Rusia sólo está pendiente de la firma

Ayer comenzó en Ashgabat, la capital de Turkmenistán, las primeras negociaciones bilaterales entre Putin y Massud Pezeshkian, el presidente iraní. Es la primera reunión de los jefes de Estado. Las partes discutirán la escalada militar en Oriente Medio y el acuerdo de asociación estratégica entre ambos países, que se firmará durante la próxima cumbre de los Brics prevista en Kazán.

“Espero que concluyamos este acuerdo en la cumbre de los Brics en Rusia”, declaró Pezeshkian. “En comparación con otros países, nuestras posiciones son mucho más cercanas”, añadió, destacando que el acuerdo representaría un paso crucial en las relaciones entre ambos países.

Antes de su elección a principios de julio, Pezeshkian había expresado su deseo de seguir fortaleciendo las relaciones entre Teherán y Moscú.

“Rusia es amigo y vecino de Irán”, respondió Putin, que enfatizó la importancia de las relaciones bilaterales y la cooperación dentro de organizaciones internacionales como Brics, la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO) y la Unión Económica Euroasiática (UEEA). “Esta asociación estratégica con Rusia es fundamental para afrontar las presiones externas”, insistió el dirigente iraní.

“Se han completado todos los trámites necesarios para la firma”, confirmando así que el acuerdo está listo para ser firmado. El borrador del acuerdo fue aprobado el 18 de septiembre por Putin.

Durante una reunión el 12 de septiembre en San Petersburgo con el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní, Ali Ahmadian, el presidente ruso acogió con satisfacción el “nuevo impulso” que las relaciones bilaterales habían adquirido “en los últimos años”.

Israel no puede llevar a cabo un ‘ataque poderoso’ contra Irán

El jueves el Ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo que el próximo ataque de Israel contra Irán sería “poderoso, preciso y sobre todo sorprendente”. El comentario se produjo poco antes de que Biden y Netanyahu discutieran el ataque por teléfono, porque Tel Aviv no va a ejecutar un ataque contra Irán sin la aprobación expresa de Washington.

El ataque aún se está negociando o, en otras palabras, hay ataques que Estados Unidos no va a autorizar porque les comprometen directamente. Según los medios estadounidenses, la brecha entre los dos dirigentes sobre el ataque se ha reducido.

Pero no basta con querer; hay un segundo requisito: Israel tiene que poder llevar a cabo determinados tipo de ataques, como los “poderosos” a los que se refiere Gallant, porque las otras dos características, la precisión y la sorpresa, ya las ha demostrado con creces: el ataque a la embajada iraní en Damasco, el asesinato del dirigente político de Hamas, Ismail Haniyeh, en Teherán y el ataque terrorista con los buscas en Líbano.

Israel también ha demostrado que tiene bombas de alta capacidad y una fuerza aérea poderosa, pero Irán no es Gaza, ni tampoco Líbano, donde la aviación israelí no encuentra ningún obstáculo. Sin embargo, Irán fabrica algunos de los mejores sistemas de defensa antiaérea del mundo y es capaz de defenderse de un ataque de la aviación y los misiles israelíes.

Irán logró derribar un dron estadounidense MQ-4C Triton, uno de los más avanzados en aquel momento. Tras un ataque a Irán con aviones de combate no habría aeropuerto al que regresar porque sería un objetivo relativamente fácil.

80 toneladas de bombas no bastaron para matar a Nasrallah

Eso descarta un ataque a las instalaciones nucleares de Irán, al menos un ataque significativo. Las 80 toneladas de bombas antibúnker lanzadas sobre Beirut para matar al dirigente de Hezbollah, Hassan Nasrallah, no fueron directamente responsables de su muerte.

Nasrallah murió asfixiado por el humo tóxico liberado por la explosión. Otros acusan a los israelíes de utilizar armas químicas, pero todos coinciden en que Nasrallah sobrevivió a la explosión subterránea.

Para proteger sus instalaciones nucleares Irán ha excavado y blindado bajo el terreno en una escala que Hezbollah no ha podido hacer en sus túneles.

Un ataque a los depósitos y campos petroleros iraníes tampoco es verosímil. Después del ataque iraní del 1 de octubre, los precios mundiales del petróleo crudo aumentaron significativamente. La semana pasada, el precio del Brent se disparó a 80 dólares el barril después de que Biden no apoyara el plan: “Lo estamos discutiendo”, respondió cuando le preguntaron si el ataque israelí podría incluir infraestructura a las empresas petroleras iraníes.

Aunque los países de la OPEP tengan reservas para compensar la imposibilidad de exportar el petróleo iraní, el miedo de los especuladores haría subir los precios. Si Irán cierra el Estrecho de Ormuz, un importante punto de suministro de petróleo mundial que utilizan la mayoría de los países de la OPEP con exceso de reservas, los precios podrían aumentar a más de 100 dólares por barril, lo que allanaría el camino para una crisis energética aún mayor que la actual.

Un ataque israelí puede revestiar dos formas: un bombardeo espectacular a un oleoducto iraní y ataques terroristas utilizando los sicarios que tiene en Irán. Al explotar un oleoducto, el gas fluye y el fuego se eleva unos metros sobre el suelo, por lo que es una muy respuesta perfrecta para los noticiarios.

Para los asesinatos selectivos, Israel suele recurrir a los sicarios que tiene en Irán. Quien asesinó a los científicos nucleares iraníes en la década de 2000 fue la organización terrorista MEK. También puede apoyarse en un grupo que se hace llamar Jaish Al Adl. Es probable que estén activando esas células terroristas en ciertas áreas de Irán y que reivindique sus acciones como si fueran propias.

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