Ha puesto en el centro de la red a una antigua amiga, Diana Jenkins, a la que acusa de manejando un círculo de lujo de prostitución de chicas para Wall Street, los sátrapas árabes del Golgo Pérsico y la élite de Hollywood.
Es una de las personas más poderosas de Estados Unidos, a donde llegó como refugiada procedente de Bosnia, casándose con el banquero Roger Allan Jenkins, antiguo dirigente del Barclays en el Reino Unido.
A través de su marido, la antigua refugiada trabó un contacto muy estrecho con los petroleros árabes de Abu Dhabi y Qatar. Luego se divorció, trasladándose a vivir a Hollywood con su enorme fortuna personal.
En la costa oeste comenzó a colaborar con la Fundación Clinton. Con espectáculos “benéficos” entre famosos recaudó más de un millón de dólares para la Fundación de los Clinton en marzo de 2010.
Es una proxoneta de lujo para toda clase de pervertidos, participando en las redes mundiales de pedofilia y tráfico de seres humanos.
Además de Downey, en los últimos tiempos otros famosos de Hollywod, como Brad Pitt, y Elija Wood, han denunciado esa basura que las grandes cadenas de intoxicaciòn presentan como grandes “estrellas” del cine y la televisión. No obstante, muy pocas veces ponen nombres y apellidos a la podredumbre.
Tras la industria de los sueños se esconde la de las pesadillas.