El caso es especialmente alarmante en Colombia y Brasil, países que concentran prácticamente tres de cada cuatro de estos asesinatos latinoamericanos. Según datos de la ONU, hasta el pasado 20 de diciembre, 105 militantes habían sido asesinados en Colombia, el 59 por ciento de los cuales murió a manos de sicarios.
“La violencia contra los defensores de derechos humanos se intensificó a la par de las crisis políticas y económicas en Venezuela, Brasil, Guatemala, Paraguay, Honduras y Argentina”, remarca el informe.
Brasil ha visto cómo la violencia contra militantes creció el año pasado, y cómo la policía ha participado en varias matanzas. Uno de los casos más graves ocurrió en mayo, cuando la policía asesinó a tiros a diez defensores del derecho a la tierra, y luego persiguieron y mataron a un superviviente, recuerdan.
El texto alerta que los ataques a militantes han aumentado en Brasil, en parte, por el auge del fascismo, lo que se traduce, por ejemplo, en agresiones a defensores de los derechos LGBTI.
Finalmente, Front Line Defenders alerta sobre el caso de México, que “fue testigo del mayor número de asesinatos de militantes ecologistas y periodistas registrados en el país en los últimos años”.
Los asesinatos políticos han aumentado. En 2016 Front Line Defenders registró 217 asesinatos de militantes en la región, el 77 por ciento de un total de 281 en el mundo.
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