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| Saakachvili con McCain |
Durante los tres primeros meses, Ucrania instaló una base en Jerson, frente a la costa de Crimea. A esa base en territorio ucraniano han llegado varios cientos de combatientes del Califato Islámico, cuyo traslado ha sido organizado por Turquía.
Contrariamente a lo que previsto en agosto, los yihadistas no han sido enviados a Crimea sino al Donbas. Los batallones Cheikh Manur y Dzojar Dudaiev, cuya existencia reveló el New York Times en julio y que habían sido disueltos inmediatamente después de esa revelación, han sido formados nuevamente.
Miembros de los servicios secretos georgianos, que ya habían desempeñado un papel central en el desarrollo del Califato Islámico durante el segundo semestre de 2014 y habían instalado en Georgia un campo de formación de yihadistas, han sido desplegados en Ucrania y son ellos quienes están garantizando el enlace entre los dos campos de batalla: en Ucrania y en el Medio Oriente.
Por otro lado, el 6 de octubre de 2015, el fiscal general de la Federación Rusa abrió una investigación sobre la grabación de una conversación entre:
– el gobernador de Odesa y ex presidente de Georgia –actualmente prófugo de la justicia–, Mijail Saakachvili;
– su ex ministro de Defensa en Georgia –también prófugo de la justicia y actualmente bajo la protección de Francia–, David Kezerachvili, quien en 2008 alquiló a Israel dos aeropuertos militares en Georgia para atacar Irán;
– el diputado ucraniano Anton Gerashchenko;
– y Ramzan Machelikashvili, primo de Ruslan Machelikashvili, especialista georgiano en lucha antiaérea, hoy incorporado al Califato Islámico.
Según esa grabación, los yihadistas recibieron instrucciones del senador estadounidense John McCain para organizar –junto con la CIA y desde Ucrania– el derribo de un avión estadounidense en Siria y atribuirlo a las fuerzas rusas para provocar un conflicto entre Estados Unidos y Rusia.
La operación fue anulada después de la apertura de la investigación.