La operación tuvo lugar en la autopista M5, recientemente liberada por el ejército regular sirio.
“Las tropas sirias se incautaron de una gran cantidad de equipo militar turco en la estratégica autopista Damasco-Alep (M5), que recientemente ha sido recuperada de los terroristas a sueldo de Turquía”, escribe Blojin.
Varios soldados turcos se vieron obligados a huir del campo de batalla de Idlib por miedo a la muerte. “Unos días antes, el Ministerio de Defensa turco había dicho que las fuerzas especiales del ejército turco lucharían hasta el final”, comenta irónicamente el corresonsal ruso. Pero la grabación muestra una imagen triste: los turcos huyendo del ejército sirio.
Hasta ahora Ankara no ha hecho ningún comentario sobre la captura de sus soldados por las fuerzas sirias. Dicho esto, Turquía va cada vez más lejos en sus provocaciones.
Turquía ha cerrado su espacio aéreo a los cazas rusos que vuelan con destino a Siria. Ha prohibido a un avión ruso Tu-154 entrar en su espacio aéreo. Parece que varios aviones de combate rusos, incluyendo dos Su-24, también tienen prohibido volar sobre el cielos turco. Recientemente, Turquía no ha permitido que los bombarderos rusos crucen el espacio aéreo sobre la autopista M5 para aterrizar en la base aérea de Hmeimim. Eso ha obligado a los aviones militares rusos a cruzar el Mar Caspio, Irán e Irak para llegar a la base de Hmeimim.
Las ya deplorables relaciones entre Rusia y Turquía han empeorado en los últimos días. El ejército ruso tiene el pretexto ideal para bloquear las rutas de los convoyes y patrullas militares turcas, incluso deteniendo los suministros a los puestos de observación turcos en las provincias de Idlib y Alepo.
“Es un peligroso punto de inflexión que podría costarle caro a Ankara”, escribe Blojin. Una zona de exclusión aérea no tiene mucho sentido frente al poderoso sistema de fuego antiaéreo ruso-sirio.