Bueno, pues va P.Iglesias y le saca la cara al mozo de su cuerda -es más “pablista” que “errejonista”– arreándole unos dicterios al bueno de Cayo Lara que poco tiene de “quijotesco” (fue alcalde de Argamasilla de Alba): “rencoroso” (por ser, suponemos, derrotado por las tesis de Alberto Garzón partidario de la confluencia en Unidos-Podemos y otras martingalas), y le pone un puente de plata porque, dice el líder podemita, “cuando uno deja la política tiene que procurar hacerlo con elegancia” y, aconseja “no hacer ninguna valoración sobre los rencores o la miseria moral de nadie”. Jodé, muy fuerte, y dicho por quien le llevaba el botijo a Lara hasta hace dos días, como quien dice. Podía haber salido de najas con aquello tan manido de “es una opinión respetable, pero no la comparto”, pero no, vaya tute, oiga. Menuda tropa, que decía aquel (que no se pueden ni ver es sabido y casi nadie de la militancia de IU votó a Unidos-Podemos fracasando el “sorpaso” sobre el PsoE como tenían previsto). No es ya que “El Koletas” -le llamamos así porque él mismo dijo no importarle, pero no abusaremos: lo hacemos por puro estilo narrativo- vaya al fondo del asunto y trate de ver qué hay de cierto, o no, en el contencioso –“cualquiera hubiera hecho lo mismo”, dice en aberrante reconocimiento de la especulación habida y fomentando, por otra parte, la picaresca “legal” en este caso, porque lo que hizo Espinar no es, ciertamente, delito, o no está contemplado así en estos momentos-, sino que sale en defensa irracional y arbitraria de un “compañero”, por el mero hecho de serlo, sin atender a más razones ni casuísticas, tirando por elevación y en fuga hacia adelante, es decir, ciscándose en Cayo Lara que, también decimos, no es santo de nuestra devoción, pero vaya la verdad ante todo porque es revolucionaria la diga Agamenón, Tarzán o su puta madre. Menudo “ganao”.
Buenos días.