Aunque luego les puso en libertad, la policía les confiscó el material personal y profesional que habían logrado obtener en Donetsk: discos duros, cámaras de grabación, micrófonos, ordenadores, teléfonos móviles… El material, les dijo la policía, era ilegal. No se le ocurrió otra cosa mejor para “argumentar” tamaño atropello, aunque el sindicato de periodistas ha logrado precintar el material para que la policía no pueda borrarlo o modificarlo sin una previa orden judicial que, de momento, no se ha emitido.
Sin embargo, antes de lograr el precintado, la policía pudo manipular durante varias horas dichos materiales, por lo que su estado actual se desconoce.
Los periodistas viajaron al Donbás porque la investigación oficial sobre el “accidente” del vuelo MH17 tiene más agujeros que un colador y, como dice uno de los periodistas detenidos, el fiscal ha suministrado argumentos falsos sobre los motivos por los cuales la investigación no se puede llevar a cabo sobre el terreno, o sea, en el lugar en el que están las pruebas. Pero en estos casos, ¿a quién le interesan las pruebas?
La policía ha justificado la incautación diciendo que, entre el material hay vestigios del avión siniestrado, lo cual es cierto. Lo que no admiten es que si ese material tiene interés judicial, debió haberlo incautado la propia policía holandesa en el lugar de los hechos. Si no lo hizo es porque carece de tal interés y por lo tanto cualquiera puede recogerlo del suelo.
Los dos periodistas, conocidos en Holanda por importantes trabajos de investigación, hablaban ruso y viajaron por el Donbas en compañía de otro periodista británico, Graham Phillips, entrevistando a numerosos testigos del derribo del avión malayo y a quienes recogieron los restos sobre el terreno.
El derribo del MH17 sigue siendo un trauma en la sociedad holandesa porque la mayor parte de los pasajeros tenían dicha nacionalidad y sus familiares están muy lejos de haber quedado satisfechos con las conclusiones oficiales.
Sobra volver a insistir -una vez más- en que la detención de los dos periodistas holandeses y la confiscación de su material de trabajo no la va a publicar ninguna agencia de noticias, ni oficial ni “alternativa”, en toda la Unión Europea porque pone de manifiesto muchas cosas interesantes sobre las que deberíamos reflexionar un poco más:
a) el estado de la libertad de información en este santuario de todas las libertades que fue antaño Europa
b) el intento de mantener por la represión las versiones oficiales, por insólitas que sean
c) los obstáculos a la realización de cualquier investigación independiente (consecuencia de lo anterior)
Añadamos a ello otro punto importante para reflexionar: ¿cómo hubiera reaccionado la prensa del mundo entero si la detención de los dos periodistas holandeses se hubiera producido en Damasco, o en Pyongyang, o en Moscú, o en La Habana, o en Caracas?