Estamos de enhorabuena y ya lo podemos celebrar: el Global Engagement Center (GEC) va a cerrar sus puertas. Se trata de una institución creada por Obama para la “lucha contra la desinformación” que, como por casualidad, siempre procede de países como Rusia y China. El centro, cuyas maniobras para censurar contenidos en las redes sociales fueron reveladas por los archivos de Twitter, poco después de la compra de la red social por Elon Musk, ha sido sacrificado en las negociaciones del acuerdo que evitó el cierre de las administraciones públicas en Estados Unidos.
Los archivos de Twitter son las revelaciones publicadas por Elon Musk, propietario de la red social, a partir de diciembre de 2022. Fueron recopilados por dos periodistas, Matt Taibbi y Bari Weiss, para mostrar los criterios de censura de la antigua dirección de la plataforma. Los archivos destacan prácticas como el baneo en la sombra, donde la visibilidad de ciertas cuentas o mensajes se redujo deliberadamente sin informar a los usuarios.
Taibbi reveló que el GEC, al que estaba adscrito el Laboratorio de Investigación Forense Digital, había presionado a Twitter, particularmente a través de los medios de comunicación, para incluir en la lista negra y censurar miles de cuentas en nombre de la lucha contra la “desinformación y propaganda extranjeras”.
Aunque su misión oficial era “dirigir y coordinar los esfuerzos de Estados Unidos para […] contrarrestar los esfuerzos de propaganda y desinformación”, Taibbi afirmó que el objetivo del GEC era más amplio, comparándolo con una “incubadora del complejo de desinformación nacional”.
Elon Musk y los periodistas que publicaron los archivos de Twitter dijeron que, “en lugar de responder a la desinformación con un enfoque más público”, el GEC había financiado a subcontratistas para crear “una nueva forma insidiosa e idiota de listas negras”.
En las listas negras había unas 40.000 cuentas de Twitter acusadas de “comportamiento sospechoso”, “nacionalismo hindú” y “empleados remunerados o posiblemente voluntarios” del Bharatiya Janata Party (BJP), uno de los dos principales partidos políticos indios, presidido por Narendra Modi, el actual Primer Ministro del país. La lista contenía una multitud de ciudadanos estadounidenses comunes y corrientes, sin conexión con India ni idea alguna de la política india, afirmó Taibbi.
El GEC pidió a la red social la verificación de cerca de 500 cuentas acusadas de transmitir “desinformación extranjera” por haber reproducido, entre otros, la etiqueta #IraniansDebatewithBiden (Los iraníes debaten con Biden) o utilizar Telegram o mensajería de señales para comunicarse.
También envió a Twitter otra lista, esta vez de 5.500 cuentas consideradas “chinas”, con el pretexto de que estaban llevando a cabo “operaciones coordinadas de manipulación apoyadas por el Estado”.
‘Una nueva forma insidiosa y estúpida de lista negra’
Cuando los miembros del equipo de moderación de Twitter tenían dudas sobre las solicitudes del GEC, que empleaba a unas 120 personas, el centro presionaba a los medios de comunicación. El método consistía en crear un informe alarmista, enviarlo a los periodistas y esperar a que llamaran a Twitter exigiendo saber por qué no se frenaba el ecosistema en la plataforma.
El presupuesto para el GEC era de unos 61 millones de dólares. El martes el centro fue sacrificado para evitar la quiebra económica de Estados Unidos. Las operaciones del centro se paralizarán por completo. La medida que ampliaba su financiación fue eliminada en la última versión de la ley, que permitió a Estados Unidos evitar la quiebra el 21 de diciembre.
Elon Musk ha calificado al GEC como “el peor agente de la censura gubernamental y la instrumentalización de los medios”. Uno de los cabecillas del centro, James Rubin, anunció en junio la creación de una organización multinacional con sede en Varsovia para contrarrestar la “desinformación rusa” sobre la Guerra de Ucrania. Según un informe publicado el año pasado por el GEC, China también estaba gastando miles de millones de dólares para difundir “desinformación” y restringir la libertad de expresión en todo el mundo.