Una vez más se comprueba que el papel de los grupos seudoecologistas no es otro que lavar la cara a lo peor del capital internacional con la propuesta de una “economía verde” que es el mismo capitalismo exactamente.
Naturalmente que para “vender la moto” adornan el futuro de ese nuevo capitalismo “verde” con promesas vacías: la nueva economía logrará alcanzar un “equilibrio” que a lo largo de la historia nunca ha logrado alcanzar porque hasta la fecha las lacras del capitalismo han sido consecuencia de su color, no de la explotación, ni de la miseria.
Es lo típico de cualquir engaño: hasta ahora el capitalismo ha generado pobreza y desigualdad, mientras que en el futuro, al pintarlo de verde, lo que creará es riqueza para todos y, como consecuencia de ello, una igualdad plena.
La nueva economía del futuro no sólo se limita a la energía y las emisiones de carbono sino que “se extiende al ámbito financiero, alimentario, climático, energético y social”. Es un nuevo modo de producción que casi no se puede llamar capitalismo porque no falla en nada.
Los seudoecologistas tienen la cara dura de asegurarnos todo esto en medio de una espantosa crisis económica en la que más de medio mundo padece hambre y al otro medio no le llega para comer. Se les podía haber ocurrido organizar un congreso para evitar los desahucios, por ejemplo, y lograr que todo el mundo tuviera una vivienda, aunque estuviera pintada de verde.
A eso la cloaca verde lo llama un “cambio de paradigma” y un “cambio de modelo productivo” que consiste en una “redistribución del capital natural y social”, por lo que pronto nos veremos todos reunidos en una junta general de accionistas de empresas como las que patrocinan el evento.
¿Viviremos de la plusvalía engendrada por los demás?, ¿o ya no habrá plusvalía?, ¿no trabajará nadie?, ¿los robots quizá?
En fin, que un evento así nadie se lo debería perder para echar unas risas.
(*) https://www.cambio16.com/la-economia-verde-es-la-economia-del-futuro/