Los fascistas ya cuentan con el apoyo de los tribunales, que para desalojar a Dilma Roussef, desataron la Operación Lava Jato de “lucha contra la corrupción”, lo que no fue más un golpe de Estado camuflado. En lugar de sacar los tanques a la calle, sacaron las togas.
Pero eso no es suficiente. La semana pasada uno de los hijos de Bolsonaro se dirigió a las huestes fascistas, ávidas de sangre, anunciando que una vez que en el gobierno, Brasil declarará la guerra a Venezuela.
El discurso se grabó en vídeo para que no quedaran dudas: “La próxima operación de paz de Brasil tendrá lugar en Venezuela. Liberaremos a nuestros hermanos venezolanos del hambre y del socialismo y daremos una lección al narcodictador de Venezuela, Nicolás Maduro”.
El general Mourâo, elegido para la vicepresidencia, “ya lo ha mencionado”, añadió Bolsonaro hijo. Mourâo es otro ejemplo del retorno de los gorilas brasileños a la política institucional. Lo mismo que
Bolsonaro, el candidato a la vicepresidencia es un nostálgico de los años de la dictadura militar (1964-1984).
Con 70.000 refugiados venezolanos junto a la frontera, la leña está seca para toda clase de provocaciones.
En febrero el gobierno brasileño declaró el estado de emergencia humanitaria en la región y hace un par de meses los campamentos de los venezolanos fueron atacados y quemados después de que un brasileño resultara herido. Su familia acusó a un exiliado venezolano de asaltarle y robarle.
Las palabras del joven Bolsonaro confirman el papel que Estados Unidos viene desempeñando en Brasil y en otros países latinoamericanos que también “luchan contra la corrupción” para desalojar a los restos del sueño bolivariano. “Trump ofrecerá a Bolsonaro colaboración militar para Venezuela”, titulaba ayer ABC (*).
No obstante, ayer Bolsonaro padre cambió el registro, al descartar una intervención militar en Venezuela. Sólo pretende “dar una nueva dimensión” a Mercosur, por considerar que el bloque está “supravalorado”.
Por su parte, en Venezuela se tientan la ropa. El gobierno de Maduro ha felicitado al pueblo brasileño por las elecciones. Antes había dicho que los comicios eran “falsos y estaban trucados” a causa del encarcelamiento de Lula.
“Es el momento de reaccionar frente a la epidemia fascista en América Latina”, dijo Maduro. Más bien se está haciendo un poco tarde. Venezuela ya tiene a Iván Duque a un lado, en Colombia, y a Bolsonaro en el otro.
Por lo demás, nos gustaría saber qué entiende Maduro por “reaccionar” frente al fascismo.
(*) https://www.abc.es/internacional/abci-trump-ofrecera-bolsonaro-colaboracion-militar-para-venezuela-201810292027_noticia.html