El fascista francés Claude Hermant |
El lunes el diario croata Slobodna Dalmacija publicó un artículo del periodista Marijo Kavain demostrando que otro de los alijos de armas que se utilizaron en los atentados del año pasado en París, tanto los de enero contra la revista satírica Charlie Hebdo como los del 13 de noviembre, fueron vendidas por un antiguo mercenario croata.
Las armas proceden de un fabricante serbio y fueron vendidas por el fascista y traficante francés Claude Hermant, quien se ha acogido al secreto de la defensa para no tener que dar explicaciones al juez de instrucción.
El fusil de asalto ‘kalachnikov’ y las cuatro pistolas ‘tokarev’ que la policía le ocupó en enero del año pasado a Amedy Coulibaly, el autor de la masacre en la tienda de comestibles Hyper Cacher, procedía de un arsenal de la antigua Yugoeslavia.
Por su parte, las armas utilizadas en los atentados del 13 de noviembre fueron fabricadas en la fábrica Crvena Zastava, en Kragujevac, actual Serbia.
El traficante francés que las revendió, Claude Hermant, es un conocido fascista que combatió voluntario en la guerra de los Balcanes en las filas de los “independentistas” croatas.
A través de internet y de una empresa registrada a nombre de su mujer, funcionaria de aduanas, compró a una empresa eslovaca una gran cantidad de armamento deteriorado que reparó en su taller y luego revendió.
En la operación comercial participó un kurdo que en Bruselas tenía relación con los yihadistas.
Antes de los atentados contra Charlie Hebdo del año pasado, el juez ya envió a prisión a Hermant por tráfico ilegal de armas y ahora ha vuelto a ser interrogado.
En mayo el diario francés “La Voix du Nord” afirmó que Hermant trabajaba para la gendarmería y la aduana francesa. Además es un conocido militante de grupos fascistas, como “Vlaams Huis” (Casa Flamenca).
Veterano de 52 años de edad, Hermant es muy conocido de Lille, en la frontera de Francia con Bélgica. En los años noventa trabajó como matón para el DPS, el equipo de guardaespaldas del Frente Nacional francés. Según una investigación de la Asamblea francesa, uno de los entretenimientos del DPS consistía en entrar a saco en los barrios para aporrear a los emigrantes y antifascistas.
Está claro: los fascistas se lamentan de que los emigrantes son unos terroristas, pero son ellos los que les dan las armas.
A comienzos de 2012 Serbia y Croacia vendieron importantes cargamentos de armas. El Ministerio croata de Interior ha reconocido la distribución 15.000 tipos diferentes de ellas, muchas procedentes de confiscaciones policiales. Por su parte, Serbia calcula en 60.000 el número de armas vendidas.
En Europa este tráfico de armas es más corriente de lo que se cree. Tras los atentados de París la Comisión Europea anunció un control más estricto de la venta de armas de segunda mano o deterioradas, pero se trata de otra declaración para la galería, porque el Ministerio croata del Interior ha reconocido que a ellos no les ha llegado ningún requerimiento europeo.
Hermant también fue boxeador y paracaidista de la Legión Extranjera hasta 1982. Además de Yugoeslavia, luchó en el Congo y en Angola. Como todos los asiduos de estas alcantarillas, Hermant ha reconocido públicamente que colaboraba con el espionaje francés.
Su biografía de mercenario se cruza y casi se confunde con la de James Cappiau, un belga con pasaporte croata, también miembro de la Legión Extranjera francesa, que llevó a cabo varios asesinatos selectivos durante la guerra de los Balcanes, entre ellos el de Vjeko Sliska, un mafioso local, una acción digna de un guión de Hollywood.
Cappiau se vendía al mejor postor. Tenía una empresa de pistoleros llamada Joy Slovakia y a comienzos de 2000 reclutaba mercenarios con experiencia para entrenar a las fuerzas armadas del Congo.
El traficante Jacques Monsieur |
La empresa de Cappiau fue contratada por otro militar belga, Jacques Monsieur, uno de los mayores traficantes de armas del mundo. Ante los jueces Monsieur reconoció haber vendido armas a Croacia durante la guerra de los Balcanes por cuenta del espionaje francés.
Monsieur fue detenido en Estados Unidos en 2009 cuando la avaricia le condujo a vender motores de avión a Irán, entonces sometido a un embargo internacional, algo que los imperialistas no le podían consentir bajo ningún concepto. Es mejor vender armas que motores.
Para Monsieur el tráfico de armas no era -según sus palabras- más que una cobertura de sus actividades como agente de la SGR, la inteligencia militar belga, en la que empezó a trabajar desde joven. El tráfico ilegal de armas financia las actividades ilegales del espionaje.
Monsieur ha confesado que informaba puntualmente de sus actividades a la DST, el contraespionaje francés, por lo se pone de manifiesto que entre los yihadistas y sus armas está el propio Estado, sus policías, sus militares, sus espías, sus confidentes y sus provocadores.
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