Pero no sólo su belleza llamaba la atención, sino que también su peculiar pasado que comenzó en las calles de Madrid en España, donde nació en 1922. Allí vivió con sus padres hasta que en 1937, cuando apenas tenía 15 años, Francisco Franco llegó al poder en su país.
La lucha interna en España marcó un antes y un después para la adolescente quien decidió unirse a las fuerzas opositoras al régimen franquista. De esta forma, y por casi 10 años, Angelines se hizo parte de las guerrillas que combatían al dictador hasta que fue descubierta por los militares y tuvo que desaparecer de su patria.
“Al trabajar en las guerrillas de España, mi mamá fue catalogada como antifranquista, entonces ella necesitaba salir de su país natal, considerando que su vida era difícil”, contó Paloma Fernández, hija de Angelines, en una entrevista con la revista TV Notas en 1999.
Gracias a la ayuda de un amigo, “La Bruja” decidió partir a México donde encontró su segundo hogar. “Llegó a México en 1947, pero nunca fue refugiada. Después vivió en la Habana, arregló sus papeles y regresó para trabajar en las películas de Mario Moreno Cantinflas y Arturo de Córdova”, agregó Paloma.
Pero sus primeros años en el país no fueron fáciles, ya que no lograba encontrar trabajo hasta que su compatriota Ángel Garasa le tendió una mano y la invitó a trabajar como actriz radiofónica de una importante emisora del país azteca.
Poco a poco comenzó a crear contactos que la llevaron a trabajar en la Época de Oro del Cine Mexicano, compartiendo con grandes estrellas de la talla de Pedro Infante o Cantinflas, tal como mencionó su hija.
Fernández nunca perdió su encanto y siempre se hizo respetar, mostrándose como una mujer fuerte y segura de sí misma, lo que le permitió hacerse de un lugar dentro del espectáculo mexicano como una importante actriz dramática. “Era de carácter fuerte. Para ella no había medias tintas; era blanco o negro; no podía ser gris. Era una mujer que tenía altos valores y a veces la gente no se los tomaba muy bien; entonces decían que tenia un genio de la fregada”, reveló su hija.
Cuatro años después de debutar en el cine fue llamada para trabajar en la televisión y ser parte de la versión original de la teleserie Teresa (1959). A partir de ese momento, nunca más se alejó de la pantalla chica.
Luego de esto, su carrera tuvo un cambio radical cuando Ramón Valdés convenció a Roberto Gómez Bolaño de invitarla a participar en un nuevo programa infantil que estaba preparando: “El Chavo del 8”.
Valdés y Fernández se conocieron mientras ambos trabajaban en la época dorada del cine mexicano, allí entablaron una sincera amistad que continuó en los sets de El Chavo.
De la mano de Don Ramón nació La Bruja del 71, un personaje del que jamás se cansó y al que respetó hasta su último día. “Los niños en la vida real siempre la imaginaron como una bruja de verdad, y cuando salíamos al supermercado o a pasear al perrito, los chiquitines gritaban: ‘Ahí viene la Bruja’; y mi madre se empezaba a mortificar. Me comentaba que se sentía triste porque nadie se le quería acercar; ¡Le tenían miedo! Me daba risa cuando en la vida real se enojaba con los niños igual que con el Chavo” y “la Chilindrina”. Después se acostumbró y no le molestaba que le dijeran “Bruja”.
Angelines mantuvo su personaje durante 23 años, periodo en el que fue parte de otras producciones de Chespirito. “Ella siempre le tuvo muchísimo respeto a don Roberto Gómez Bolaños, a quien nunca defraudó e incluso se ponía tensa para no quedarle mal a él. Y así era feliz. Al principio le costaba hacer reír a los demás, porque era actriz dramática que nada tenía que ver con la comedia, pero lo superó”, dijo.
En 1991, cuando su salud comenzó a jugarle malas pasadas, decidió no sólo dejar el programa sino que también dejar la actuación por un tiempo. Más tarde, un cáncer al pulmón impidió sus planes de volver y al poco tiempo le arrebató la vida el 25 de marzo de 1994 a los 71 años.
“Ella fumaba como chacuaco y sufría de hipertensión arterial. No se cuidaba y anteponía el trabajo a la salud. Cuando murió, la gente nos apoyó. Me refiero a Edgar Vivar, Horacio Gómez, Maria Antonieta de las Nieves, Alicia Montoya y Alicia Guzmán”.
La actriz hoy es recordada con cariño y no sólo en México, sino que en todos los países en los que El Chavo del 8 fue emitido. “Una vez nos pasó algo muy curioso. Mi madre está enterrada en Mausoleos del Ángel, y llegando al lugar nos encontramos que le estaban poniendo flores. Me dijeron que la querían mucho. De repente hay personas que van y le ponen arreglos, y lo siento muy bonito”, reconoció Paloma, quien agradece a diario el recuerdo cariñoso de miles de fanáticos de su madre.
http://www.biobiochile.cl/noticias/espectaculos-y-tv/notas-espectaculos-tv/2017/07/22/el-desconocido-pasado-de-la-bruja-del-71-de-guerrillera-a-comediante.shtml