Los cantos de sirena de Pablo Iglesias o del PNV intentando criminalizar las protestas de estos días han quedado en eso, en cantos de sirena. El Estado ha activado su engranaje represivo contra quien corresponde: el movimiento antifascista, aunque muchos no se hayan dado cuenta.
Los anarquistas
Durante las protestas que durante estos días se han desarrollado en el barrio burgalés de Gamonal, la Policía Nacional detuvo a dos jóvenes por su participación en las mismas, espoleados por individuos de «grupúsculos anarquistas», según el comisario Javier Nogales.
Se trata de un menor de edad de casi 18 años y otro mayor de edad por pocos meses, «una tipología que es mayoritaria» entre los participantes en la protesta.
La Policía tiene la «certeza» de que esa concentración había sido calentada previamente por activistas fichados por esta filiación política, que aprovecharon la oportunidad para lanzar una nueva batalla en Gamonal. Pero estas mismas «fuentes policiales» son las que han señalado, inclusive, a la organización Izquierda Castellana con los disturbios.
Los «antifa»
En el caso de Madrid, los disturbios en el centro, donde varios vídeos difundidos en redes sociales aparecen policías y «alborotadores» dándose la mano tras los incidentes, están siendo señalados por las redes fascistas precisamente como una herramienta más de señalamiento al movimiento antifascista para que se ponga sobre él el ojo represivo.
Reproducen así el mensaje que la derecha norteamericana difunde sobre la organización «Antifa», que según los seguidores de Trump es una especie de brazo armado del Partido Demócrata.
Fernández Vara: «movimiento perfectamente organizado»
El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha afirmado que «delante y detrás» de los disturbios hay «un movimiento perfectamente organizado de una minoría radical y extremista bien financiado».
«Hay que ser conscientes que delante y detrás de todo lo que está pasando en las calles de las ciudades de España hay un movimiento perfectamente organizado de una minoría radical y extremista bien financiado».
La delegada del Gobierno en La Rioja, María Marrodán, explicó ayer que «había una mezcla de colectivos y de personas que se sumaron en respuesta a cierto llamamiento o alerta«. «La virulencia ha sido superior a la esperada, puesto que, de las 400 personas que se concentraron, alrededor de la mitad tuvieron un comportamiento violento«, agregó Marrodán.
Lo mismo ha ocurrido, parcialmente, en Málaga y Sevilla.
Las informaciones que se van publicando ya van desarrollando un goteo de colectivos que, según la Policía, son los responsables y donde el siguiente paso será el señalamiento directo. Da igual que haya fascistas infiltrados compinchados con las fuerzas de seguridad -algo que no es nada nuevo-; el Estado está cocinando una oleada represiva que no va a ir dirigida contra ellos, sino contra los antifascistas (aunque muchos no se quieran enterar).
Señores, todo esto lo mueve el CNI para señalar lo malos que son los «negacionistas» y criminalizar al disidente.
En España antifa es residual, y en USA los disturbios se generaron principalmente en estados demócratas para señalar el hartazgo de la sociedad con Trump.¿Casualidad?
Sólo hay que mirar a quien perjudica o beneficia estos actos. Antifa es sólo una herramienta política.