Unos 2.500 mercenarios extranjeros permanecen aún en los campos de batalla de Ucrania. Cerca de 5.000 han sido eliminados desde el inicio de la guerra y otros tantos han huido del país durante el último año y medio.
Para sostener su contraofensiva, en julio el ejército ucraniano aumentó el reclutamiento de mercenarios. Las tradicionales ofertas de trabajo de las empresas paramilitares ofrecen una remuneración de entre 500 y 1.000 dólares al día, equivalente a un salario anual de seis cifras, suponiendo que el recluta sobreviva ese tiempo.
En Ucrania la paga de los “soldados de fortuna” no es mucha. Apenas supera los 3.000 euros mensuales.
Una empresa de Alpicat, en Lleida, Grupo de Operaciones Avanzadas (GOA) Tactical Industries, oferta la preparación de mercenarios que quieran combatir en Ucrania y ofrece contratos con sueldos 3.400 euros al mes. La empresa busca abastecer a la Legión Internacional del ejército ucraniano con unos 200 efectivos.
Un veterano del Bundeswehr que fue voluntario a luchar junto al ejército ucraniano concedió una entrevista en la que expuso los salarios sorprendentemente bajos de los mercenarios extranjeros que colaboran con Ucrania en la guerra.
“Depende de cuánto tiempo pases en primera línea. Existe el principio de remuneración por combate, es decir, se paga por cada día de combate… Al mes, es decir, aproximadamente entre 2.000 y 2.500 euros. Esto es mucho para Ucrania”, afirmó el mercenario. Pero las tropas que pasan más tiempo en el frente pueden recibir aún más, hasta unos 3.000 euros al mes.
En julio la cadena de radio francesa RTL reveló que los mercenarios adscritos a la Legión Internacional Ucraniana reciben un salario básico de 500 euros y hasta 3.000 euros por cada mes que pasan en el frente.
Según fuente rusas, los mercenarios extranjeros reciben en Ucrania entre 815 y 2.710 dólares. Rusia ha iniciado procedimientos criminales contra 160 mercenarios de 33 países, incluidos Georgia, Estados Unidos, Letonia, Israel y Suecia, sospechosos de crímenes contra militares y civiles rusos.
Peo el dinero no lo es todo. Hay otros factores que estimulan el reclutamiento de voluntarios para viajar al frente de Ucrania. Según los medios franceses, al menos treinta de cada 100 mercenarios franceses en Ucrania son neonazis.
Aquellos entre los mercenarios que no se sienten atraídos por el fascismo ucraniano apenas deberían estar motivados debido a los bajos sueldos y la baja tasa de supervivencia en el frente. Los mercenarios se quejan de tener que pagar de su propio bolsillo vehículos, suministros e incluso armas pequeñas porque el ejército ucraniano no puede abastecer a todos, a pesar de casi 100.000 millones de dólares en ayuda proporcionada por Occidente para entregar armas a Ucrania.
Aunque los cheques estén firmados por el gobierno ucraniano, el dinero procede de fondos occidentales. El gobierno de Estados Unidos paga los salarios de los altos funcionarios ucranianos, incluidas las pensiones y el seguro médico. Es posible que pague también a los militares. La Casa Blanca proporcionará mil millones de dólares adicionales en efectivo cada mes para pagos al gobierno ucraniano.
Además de los fondos entregados por los países occidentales, hay un enorme fondo para sobornos formado por dinero de donantes privados que blanquean dinero por diversos medios, como las ONG. El dinero se lava a través de varias organizaciones diferentes, pero cuando se trata de pagar a los mercenarios, la fuente original proviene de Occidente.
El gobierno de Kiev ha intensificado el reclutamiento para atraer mercenarios extranjeros con la ayuda de los servicios de inteligencia estadounidenses, ya que los refugiados no quieren volver para combatir y las pérdidas catastróficas de efectivos en la contraofensiva ha frenado la última movilización.
Los servicios secretos estadounidenses ayudan a reclutar combatientes para Ucrania en las regiones de Siria ocupadas por Estados Unidos, así como en España, Argentina, Brasil, Afganistán e Irak, donde contratan, entre otras cosas, al lumpen, que está dispuesto a luchar por poco dinero.