Durante su visita Ri Yong Ho ha subrayado repetidamente que no permitiría “el debilitamiento de las relaciones de su país con Damasco”.
Destacó que su país estaba bajo presión extranjera, porque no quiere cumplir con los deseos de algunos países extranjeros y rechaza su injerencia.
Esta posición es compartida por Bashar Al-Assad, quien también insistió en fortalecer las relaciones Damasco-Pyongyang a pesar de las presiones.
Durante muchos años, Estados Unidos, algunos países europeos y el régimen de Tel Aviv han mostrado su preocupación por los vínculos entre Corea del norte y Siria.
Durante dos décadas, Estados Unidos ha acusado repetidamente a Corea del norte y Siria llevar a cabo intercambios militares masivos, como si esto fuera un delito internacional. En 1992 aprobaron sancione contra ambos países tras la firma de un contrato para la venta de misiles crucero.
La visita a Siria del ministro norcoreano de Asuntos Exteriores demuestra una vez más que las amenazas y las sanciones no pueden impedir el desarrollo de relaciones entre dos países independientes.
Con su homólogo sirio, Ri Yong Ho discutió la coordinación de las posiciones de ambos dos países sobre asuntos internacionales y temas de interés común.
Las dos partes también intercambiaron información sobre su cooperación bilateral en diversos campos antes de abordar los desafíos comunes que representan una amenaza para su soberanía e independencia.