Control de masas: cámaras ‘inteligentes’ de vídeo vigilarán al público en los conciertos

Antiguamente, en los conciertos musicales las cámaras apuntaban al escenario; ahora apuntan también al público. El pretexto es vigilar a los que no llevan mascarilla.

El 29 de mayo en el AccorHotels Arena está convocado un concierto del grupo Indochine para un concierto experimental organizado por Prodiss, el sindicato francés de espectáculos musicales y variedades.

El concierto acogerá a 5.000 personas y las mascarillas son obligatorias para participar en el estudio Spring, cuyo objetivo es medir la peligrosidad sanitaria de un concierto en una sala cerrada.

En Marsella prepararon otros dos conciertos experimentales, pero fueron cancelados a última hora.

En un comunicado de prensa, la AP-HP (Asistencia Pública – Hospitales de París) anuncia que ha firmado un acuerdo con la empresa Datakalab, que se encargará de evaluar el número de espectadores que respetan el porte de mascarilla, e incluso si la llevan correctamente colocada.

Todo ello se hará gracias a las cámaras instaladas en la sala, que filmarán al público y analizarán automáticamente las imágenes gracias a un programa informático desarrollado por la empresa.

El reconocimiento facial se está introduciendo poco a poco y hay que acostumbrar a la población a la vigilancia permanente.

“Este dispositivo proporcionará estadísticas anónimas precisas, objetivas y actualizadas sobre el índice de personas que llevan la mascarilla correctamente (sin mascarilla, mal llevada, bien llevada) a lo largo del evento”, dice el comunicado de AP-HP.

Al final del experimento, los equipos de AP-HP compararán el índice de “contaminación” de los 5.000 participantes en el concierto con el de un grupo de control de 2.500 personas que no asistieron. Para realizar las mediciones, las 7.500 personas serán sometidas a pruebas en las 72 horas anteriores al concierto y siete días después. Los resultados del estudio Spring se esperan para finales de junio de este año.

Las cámaras de vigilancia ya se introdujeron en los espectáculos deportivos y ahora lo toca del turno a los musicales, hasta que acaben en todos y cada uno de los rincones.

comentario

  1. Cualquier psicólogo social (honesto y comprometido con el método científico) pondría el grito en el cielo ante tanta falta de procedimiento metodológico. Será un pseudoexperimento viciado por todas partes y carente absolutamente de validez científica. Pura propaganda a favor del uso permanente de la mascarilla y una bofetada tremenda a la ciencia, al método científico y a la propia dignidad humana.

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