También dijimos que a Pedro Sánchez es su propia gente la que le está trayendo por la calle de la amargura -segando la hierba bajo sus pies-, y ya todos los mass mierda se hacen eco de nuestras proféticas palabras, y es que somos unos «iluminados». Desde Andalucía dicen ahora que están con Sánchez, o sea, mañana hundido el que fuera reserva del Estudiantes de baloncesto en el Magariños. Esto es como cuando Florentino dice que confía en el míster: al día siguiente cesado. Y es que no toleran el numantinismo del soldado Sánchez que se empeña en decir «no» -ya le llaman «Míster No»– a la investidura de Mariano, que suena como quien va a hacer la primera comunión, no soportan siquiera un mínimo adarme de coherencia en quien dice que «no nos han votado para facilitar el gobierno a Rajoy», o sea, que no me abstengo, copón. Así son de «arrastraos» que hacen que Sánchez parezca un irreductible. Le dicen que transija, que se abstenga para facilitar el gobierno a Mariano, que haga «oposición», que tampoco se vive tan mal ni hace tanto frío en esa condición, pero Sánchez, que tiene una mujer bilbaina, o sea, que le espabilará, se dice a sí mismo: «¿oposición, qué coño oposición, si me entrego a esta gente, el PP, que se supone que es el rival político? Si hago eso, ni oposición siquiera ni ostias: ¡¡la oposición sería Iglesias, Errejón y toda esa banda de trepas que se arrogarían e irrogarían el verdadero papel de la ‘oposición’, y hasta tendría su lógica!!» Y Sánchez, como en una tragedia griega, o un drama calderoniano, sabe que su destino, su «fatum», es fatal, pero cada vez crispa más el semblante y la mandíbula como diciendo: «mecagoendiós, joputas, muero matando, os vais a enterar, pedazo cabrones» (en privado hablan y se expresan así; nosotros hemos estudiado con los jesuitas y algo se nos ha quedado).
Pero no llegará la sangre al río. Ya estará Planeta para ofrecerle una sustanciosa oferta por sus Memorias, o sea, como decía un chiste del «Hermano Lobo» (revista de humor de principios de los años 70 del siglo pasado, ya hay que hablar así): ahora estoy ocupado en BORRAR mis memorias.
Buenas tardes.