Con las tropas rusas vuelven a Ucrania las banderas rojas y los monumentos a Lenin

Así lo dice un reportaje del diario británico The Guardian: las tropas rusas llevan a Ucrania las banderas rojas y los monumentos a Lenin, lo cual es lo peor que cabía esperar de la guerra. Lo de Rusia es más que imperialismo y expansionismo: es un colonialismo que ha suplantado a la desnazificación que se había propuesto Putin.

Por aquí nuestros “expertos” dicen que la guerra ha fortalecido a la OTAN, y da la impresión de que en el otro lado de la trinchera lo que se fortalece es… la Unión Soviética. Es posible que veamos renacer el Pacto de Varsovia y el muro de Berlín. Según los entendidos, la historia da marcha atrás.

Ya ocurrió en 2015 tras la anexión de Crimea. La población se puso a custodiar los monumentos a Lenin día y noche para que nadie pudiera derribarlos. Lo mismo que ahora, no se trataba de los alcaldes, ni del ejército, ni de la policía, ni de ningún funcionario público, sino de los vecinos de los barrios, apegados a los símbolos que consideran como suyos propios. Hay pueblos que sí tienen memoria histórica, y muy fresca, por cierto.

El reportaje del Guardian se refiere a la ciudad costera de Henichesk, donde Lenin volvía a su pedestal con su calva y su perilla característica frente al edificio principal del Ayuntamiento. Las banderas soviéticas y rusas ondeaban en el techo. Fue el 22 de abril, el cumpleaños de Lenin, que se celebra como el de uno más de la familia.

Por lo demás, el reportaje se llena de las típicas falsedades, históricas y políticas, a cada cual más rocambolesca. El nudo de la crónica del periódico no puede ser más simple: Rusia invade a un país vecino para apoderarse de sus territorios porque es expansionista, lo mismo que la URSS y aquel brazo llamado Tercera Internacional.

A través del sur de Ucrania, Rusia quiere llegar a Moldavia, donde tiene un caballo de Troya, que es Transnistria otro territorio “separatista” parecido al Donbas, “prorruso”, etc.

Con el regreso de la hoz y el martillo, dice The Guardian, la policía militar rusa ha destruido la literatura y los libros de texto ucranianos, como hicieron los nazis en su tiempo, una comparación que nunca falla, por más ridícula que resulte.

La prensa imperialista es así de zafia y no le hace ascos a dar un giro completo a cualquier relato. En 2014 los nazis ucranianos derribaron los munumentos a Lenin, y ahora reaparecen. Reescribieron la historia de Ucrania a su manera y ahora tienen que restituir los hechos en su sitio. Prohibieron la lengua y la literatura rusas, que ahora regresan otra vez a donde siempre estuvieron, porque nadie debería admitir que los nazis se salgan con la suya, ni en el siglo pasado ni en éste.

Esta guerra no va de ucranianos y rusos sino de fascistas y antifascistas.

(*) https://www.theguardian.com/world/2022/apr/23/back-in-the-ussr-lenin-statues-and-soviet-flags-reappear-in-russian-controlled-cities

comentario

  1. Verás que poco duran estos «monumentos» en Ucrania, cuando echen fuera a los rusos…….
    Antes de final de año esta guerra seguramente habrá terminado cuando Rusia haya sido diezmada (que lo será).
    Es curioso, ya que antes se hablaba de cuanto «aguntaría» Ucrania esta guerra y ahora ya se habla de cuanto «aguntará» Rusia antes de caer…..

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