En 2022 la ONU se fijó como objetivo erradicar el trabajo forzoso para 2030, pero eso es como la paz mundial, la descarbonización o la pobreza. En 1930 ya se aprobó un tratado internacional contra el trabajo forzoso, al que en 2014 se añadió un Protocolo.
En 2021 el gobierno español aprobó, además, un “plan de acción” para mejorar las políticas de prevención y de detección. Pero es algo que no se va a solucionar con reglamentos. En una sociedad de esclavos, ¿cómo acabar con la esclavitud?
Los organismos internacionales quieren que el trabajo sea “voluntario”, olvidando que en una sociedad capitalista nadie acude a su puesto de trabajo por gusto, sino por necesidad.
Las estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indican que en 2022 el número de esclavos aumentó con respecto a 2016. Más de 28 millones de personas, incluidos niños, viven en condiciones de esclavitud, es decir, tres de cada mil personas en el mundo (*). No va a ser posible acabar con esta situación en 2030, dice la OIT.
Las cifras muestran un aumento del número de esclavos, incluso en Europa. En 2021 cincuenta millones de personas se encontraban sometidos a alguna forma de trabajo forzoso. A escala mundial, casi una de cada 150 personas se considera una esclava. Eso supone diez millones de personas más que hace cinco años.
El aumento de la esclavitud se debe a la pobreza extrema y el aumento de la emigración que, a su vez, son dos fnómenos muy ligados entre sí. Los emigrantes son las víctimas preferentes del trabajo forzoso. Tienen tres veces más probabilidades de ser sometidos a las formas moderna de esclavitud que el resto de la fuerza de trabajo.
El trabajo forzoso también alcanza a los niños en gran medida: 3,3 millones de niños están afectados, más de la mitad de los cuales están prostituidos.
Donde hay esclavos hay también millonarios. Son las dos caras de la misma moneda. La esclavitud moderna es típica de los países considerados como “más ricos”. Más de la mitad de los esclavos actuales se detectan en países con más renta per cápita.
Los sectores afectados son los servicios, la industria manufacturera, la construcción, la agricultura y el trabajo doméstico.
La OIT subraya, además, que la condición de estos esclavos modernos no es transitoria, sino que dura años.
(*) https://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_855019/lang–en/index.htm