Al viajar esta semana a Rusia para reunirse con Putin, Kim Jong-un pretende renovar los lazos con un aliado histórico para no depender exclusivamente de Pekín, en un momento en que la diplomacia china con Washington está estancada.
Se han dado pocos detalles sobre esta cumbre, que es la primera a este nivel desde la reunión de hace ocho años entre Kim Jong-il, el padre del actual dirigente, y el antiguo Presidente ruso Dmitri Medvedev.
Kim se reunirá con Putin en Vladivostok -posiblemente el miércoles y el jueves- dos meses después del fracaso de la segunda cumbre en Hanoi entre el dirigente de Corea del norte y Trump, en la que las negociaciones de paz se estancaron.
Las relaciones de Corea del norte con Rusia se han debilitado durante varias décadas, a pesar de que fue Moscú quien ayudó a Kim Il-sung, abuelo de Kim Jong-un, a conquistar la independencia de Corea.
En Pyongyang el recuerdo de esta amistad persiste. A un paso de la colina de Mansu, dominada por las dos estatuas gigantes de Kim Il-sung y Kim Jong-il, se encuentra en la capital norcoreana uno de los testimonios más fuertes de esa relación.
Allí se entroniza la Torre de la Liberación, un obelisco de piedra rematado por una estrella. En su base, una bandera de bronce soviética y un panel que muestra a coreanos y soviéticos luchando juntos contra el colonialismo japonés.
Una inscripción proclama que “el gran ejército de la Unión Soviética” liberó a los coreanos “de la opresión japonesa” y que su “heroísmo iluminará 10.000 generaciones y más”.
En la cumbre de Yalta, en 1945 la URSS se comprometió a romper su tratado de neutralidad con Tokio de 1941 y contribuir a la liberación de Extremo Oriente.
Corea debe el final de 45 años de colonización japonesa a la URSS mientras que debe su partición a Washington.
El fundador de la Corea independiente, Kim Il-sung, nació en una aldea soviética a orillas del río Amur, luchó contra las fuerzas japonesas en la China ocupada y luego en el ejército soviético.
Los soviéticos le ayudaron a ponerse al frente del primer gobierno coreano independiente. Durante la Guerra Fría, Moscú siguió siendo un importante defensor de Pyongyang. El ruso es obligatorio en la escuela y se dice que Kim Jong-il hablaba ruso con fluidez.
La URSS redujo su ayuda al gobierno de Pyongyang en la década de los ochenta, a medida que se acercaba a Seúl. Entonces Pyongyang se llevó todo el peso de la caída de la Unión Soviética.
Entonces Pekín se convirtió en el aliado más cercano y el mayor socio comercial del norte. Kim se ha reunido cuatro veces en un año con el Presidente chino Xi Jinping y ahora quiere reequilibrar las cosas con Moscú.
Moscú ya ha pedido una reducción de las sanciones internacionales en el Norte. Por su parte, Estados Unidos acusa a Rusia de ayudar a Pyongyang a eludir las sanciones.