Hace 42 años el multimillonario Ted Turner creó la CNN, una cadena de noticias que emitía las 24 horas al día, los 7 días de la semana. En su primera década hizo grandes progresos, pero no era capaz de competir con los grandes monopolios de la intoxicación: CBS, NBC y ABC.
Todo cambió en 1991 gracias a la agresión militar de Estados Unidos contra Irak. La primera noche de la guerra, la CNN fue la única cadena que emitió desde una Bagdad asediada porque los corresponsales de la CNN lograron convencer al gobierno irakí de que les concediera una línea fuera de la ciudad para emitir, que la competencia no consiguió.
“La CNN ganó la guerra” (*), tituló entonces el Washington Post. En el mundo la CNN se convirió en la referencia de las noticias. Pero apareció otra competencia distinta que antes no existía, principalmente Fox y, en menor medida, MSNBC. Entre ambas han acabado con 20 años de dominio de la CNN.
En 2013, mientras la audiencia caía, la cadena contrató al antiguo presidente de NBC Universal, Jeff Zucker, para que tomara las riendas. Debía cambiar radicalmente el formato de las emisiones.
Zucker quiso hacer programas de opinión, al insufrible estilo de La Sexta en España, y cuando Trump se postuló para la carrera presidencial, creyó encontrar la gran oportunidad que había estado esperando. Primero se convirtió en un fiel altavoz del magnate inmobiliario y luego en su más feroz opositor porque a una cadena como la CNN eso le importa un bledo.
Los cabecillas de la CNN nunca calcularon que Trump pudiera derrotar a Clinton en unas elecciones, y se equivocaron de plano. Apostaron al caballo perdedor. Cuando Zucker soltó a sus perros, era demasiado tarde.
Tras el recuento electoral, la cosa estaba clara para la CNN: Trump era el “candidato manchú”, puesto por Putin en la Casa Blanca. No había tomado posesión aún de su cargo, cuando la batalla contra Trump era el tema de portada de todos los noticiarios, una mezcla de mentiras y medias verdades a partes iguales.
Nada salvó a la CNN del naufragio. Ha perdido el 90 por ciento de su audiencia, lo que a llevado a Zucker a dimitir, aunque por un motivo diferente: una aventura sexual con una cabecilla de la cadena, Allison Gollust, algo que está muy mal visto en muchas empresas de Estados Unidos.
Había algo más. Gollust había sido directora de comunicación de Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York y hermano mayor del entonces presentador de la CNN, Chris Cuomo. Al comienzo de la pandemia Zucker y Gollust asesoraron a Cuomo sobre lo que debía decir durante sus ruedas de prensa diarias sobre virus, confinamientos, mascarillas, restricciones y demás.
Aparte de Zucker, también se ha ido Chris Cuomo, el hermano del gobernador. Antes de finales de este año la CNN acabará en manos de Discovery Channel. Su futuro accionista principal, John Malone, de Liberty Media, quiere devolver a la CNN a su origen.
(*) https://www.washingtonpost.com/archive/entertainment/books/1992/01/12/how-cnn-won-the-war/132c4026-12ba-4edc-b6ae-8c32b5a0bc55/