Chiquita despide a los 7.000 trabajadores de la plantilla que están de huelga

La filial panameña de la empresa bananera Chiquita, que emplea a unos 7.000 trabajadores, anunció el jueves que los ha despedido a todos por “abandono injustificado del trabajo”. La huelga había sido declarada “ilegal” por un tribunal unos días antes.

Los trabajadores llevan casi un mes de huelga en lucha contra los recortes de las pensiones, lo que ha supuesto un abandono total de las plantaciones bananeras de la empresa.

Aunque la empresa no precisó el número de despidos, el presidente del país, José Raúl Mulino, advirtió unas horas antes que se perderían miles de empleos si continuaba la huelga “ilegal”, iniciada el 28 de abril.

El presidente hizo la advertencia cuatro días después de que un tribunal panameño declarara la “ilegalidad” de la huelga de los trabajadores de la fábrica Chiquita en Changuinola, cerca de la frontera con Costa Rica.

Según la empresa, la huelga estalló a raíz de las protestas contra los recortes de las pensiones aprobado por el Congreso. Se trata de la ley 163 sobre la Caja de Seguro Social (CSS).

Una delegación del gobierno panameño continúa negociando con los trabajadores, que exigen la restitución de un acuerdo anterior que les garantizaba mejores pensiones y servicios de salud.

Los huelguistas se manifestaron y cerraron carreteras en Bocas del Toro, una provincia caribeña que depende principalmente del turismo y la producción bananera. Los medios locales informaron sobre escasez de combustible y cierre de escuelas en algunas partes de la provincia.

Desde hace casi un mes los trabajadores de la construcción también están de huelga contra los recortes de en las pensiones.

La empresa Chiquita Brands International es una de las bananeras más grandes y conocidas del mundo. Fundada en 1870, tiene su sede en Estados Unidos y ha sido un turbio protagonista en algunos de los peores golpes de Estado en América Latina.

Sus crímenes políticos le obligaron en 1984 a cambiar su antiguo nombre, United Fruit Company, por el cual intentaron lavar su repugnante imagen pública.

La United Fruit Company tuvo un papel significativo en el Golpe de Estado de 1911 en Honduras que derrocó al presidente Manuel Bonilla, que había intentado limitar el poder de la empresa.

En 1948 la empresa condujo a Costa Rica a la guerra civil de 1948.

En 1954 en Guatemala, donde tenía grandes intereses, la United Fruit Company se opuso a la reforma agraria del presidente Jacobo Árbenz. Presionó al gobierno de Estados Unidos para que interviniera, lo que resultó en la Operación Pbsucccess, que llevó al derrocamiento de Árbenz.


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