El viernes el gobierno chino anunció una nueva serie de medidas para apoyar económicamente a las empresas inmobiliarias chinas en medio de la crisis. De este modo, quiere poner fin a la crisis inmobiliaria, cuyas repercusiones alcanzan a toda la economía del país asiático.
Los gobiernos locales “propondrán una lista de proyectos que pueden beneficiarse del apoyo económico”, dijo el viernes el Ministerio de la Vivienda. Entre las medidas planteadas está la concesión de nuevos préstamos en los próximos días. El objetivo es contrarrestar las fallas en este sector clave de la economía más grande del mundo.
“Dadas las actuales dificultades de financiación de determinados proyectos inmobiliarios”, los gobiernos locales “propondrán una lista de proyectos que pueden beneficiarse del apoyo financiero”, detalló el Ministerio de la Vivienda.
Para China es crucial preservar un sector económico que durante dos décadas ha experimentado un crecimiento deslumbrante. Eso ha permitido que el sector represente en sentido amplio más de una cuarta parte del PIB de China. Pero desde 2021 las empresas del sector se encuentran en una situación muy difícil.
Una crisis contagiosa
Durante décadas las viviendas nuevas se vendieron en China antes de que los promotores las construyeran. Al mismo tiempo, los grupos financiaban fácilmente sus nuevos proyectos a crédito. Sin embargo, en los últimos años la enorme deuda del sector es una losa importante para la economía.
Como resultado, Pekín ha endurecido las condiciones de acceso al crédito para los promotores inmobiliarios a partir de 2020, agotando las fuentes de financiación para los grupos que ya estaban endeudados. La decisión puso en serias dificultades a grupos como Evergrande. Este gigante inmobiliario valoró sus deudas en 328.000 millones de dólares y se encontró en quiebra por primera vez en 2021. Ahora quiere reestructurar su deuda por todos los medios. Por su parte, el promotor Country Garden, también está en dificultades.
Las quiebras de varios gigantes del sector han provocado una auténtica crisis. En diciembre las principales ciudades de China volvieron a registrar una caída intermensual en los precios inmobiliarios. De las 70 ciudades que componen el indicador oficial de referencia, 62 estaban afectadas (frente a 33 en enero del año pasado, un signo del deterioro de la situación).
El choque tuvo réplicas en otros sectores de la economía china. Como resultado, el país registró un crecimiento anual del 5,2 por cien, un grave lastre para la economía. Esta caída de la actividad no es nueva. El año pasado el PIB del gigante asiático creció un 3 por cien, lejos del objetivo oficial del 5,5 por cien, y una de las tasas más bajas registradas por el país en cuatro décadas.
El gobierno ya ha anunciado varias veces medidas para salvar su sector inmobiliario. Los bancos chinos concedieron el año pasado cerca de 10.000 millones de yuanes (1.290 millones de euros) en préstamos al sector inmobiliario, según datos publicados esta misma semana. Pero hasta ahora los resultados han tenido poco efecto sobre la crisis.
Otra señal de que el gobierno se está preparando para brindar más apoyo al este sector es que el 23 de noviembre el Parlamento chino publicó un informe llamando a los bancos a hacer más por el sector inmobiliario. La lista de empresas, supuestamente elaborada durante una reunión en octubre con el director del Banco Popular de China, indica que los bancos necesitan intensificar el apoyo a los promotores para implementar el principio de “entrega garantizada”. El documento elaborado tras la reunión pide también a las instituciones financieras que “apoyen las necesidades razonables de financiación de las empresas inmobiliarias, reduzcan el riesgo de impago crediticio y disipen los temores de las personas que compran viviendas a largo plazo”.
China también está experimentando reveses en el mercado de valores. Tras un pésimo año para las acciones chinas, la bolsa india alcanzó el lunes los 4.300 millones de dólares, superando por primera vez en su historia a la Bolsa de Hong Kong y los 4.290 millones.
Sin embargo, el gobierno chino está considerando tomar medidas por valor de 278.000 millones de dólares para apoyar sus mercados financieros, a través de un fondo de estabilización que compraría acciones a través del mercado de Hong Kong.