China invierte 41.000 millones de dólares para fabricar sus propios microprocesadores

Desde 2018, China se ha enfrentado a una serie de sanciones económicas y tecnológicas impuestas por Estados Unidos. Estas medidas pretenden frenar la tecnología china, en particular el de los semiconductores. Temiendo perder su supremacía tecnológica, Washington ha impuesto restricciones a la exportación de componentes y tecnologías clave. Esta estrategia estadounidense ha llevado a que a las empresas chinas se les prohíba acceder a los equipos de última generación necesarios para fabricar chips avanzados, tratando de arruinar los planes tecnológicos de Pekín.

En este contexto de presiones políticas, China está intensificando sus esfuerzos por alcanzar la autonomía tecnológica. El gobierno chino acaba de anunciar una colosal inversión de 41.000 millones de dólares en la industria de los semiconductores. El plan pretende dotar al país de equipos propios de litografía, una tecnología crucial para la fabricación de chips electrónicos avanzados.

El dominio de los semiconductores se ha vuelto esencial para dominar el sector tecnológico, particularmente en el campo de la inteligencia artificial. Con una inversión masiva, Pekín no sólo espera ponerse al día, sino también establecerse como un protagonista clave en el mercado mundial de alta tecnología.

En el centro de la batalla tecnológica está la fotolitografía, un proceso complejo para grabar circuitos muy pequeños en obleas de silicio. Actualmente, la empresa holandesa ASML tiene casi el monopolio de las máquinas de litografía ultravioleta extrema, esenciales para la producción de los chips más avanzados. Las restricciones estadounidenses impiden que China acceda a este equipo crítico.

Para sortear este obstáculo, Pekín cuenta con empresas punteras, como SMIC, Hua Hong Semiconductor y Naura Technology Group. Estas empresas son responsables de desarrollar alternativas locales a las tecnologías occidentales. Sin embargo, el camino hacia la autonomía promete ser largo y plagado de obstáculos. La litografía EUV requiere años de investigación y desarrollo, así como inversiones colosales.

A pesar de los desafíos, China ya ha demostrado su capacidad para innovar bajo presión. El lanzamiento del Huawei Mate 60 Pro en 2023 marcó un punto de inflexión en la guerra tecnológica. Equipado con un procesador 5G íntegramente diseñado y fabricado en China, este móvil demostró que el país es capaz de producir chips avanzados a pesar de las sanciones estadounidenses.

Esta destreza tecnológica va más allá del simple éxito comercial. Simboliza la determinación de China de liberarse de su dependencia tecnológica y establecerse como una potencia innovadora. Al dominar la producción de semiconductores avanzados, Pekín no sólo fortalece su autonomía estratégica sino que también se posiciona para influir en las cadenas de suministro mundiales y el desarrollo de tecnologías futuras.

A medida que se intensifica el bloqueo tecnológico de China, la industria mundial de semiconductores está entrando en una nueva era. Estados Unidos y sus aliados redoblan sus esfuerzos para mantenerse en cabeza, particularmente mediante el desarrollo de máquinas de litografía aún más eficaces. ASML ya está trabajando en una nueva generación de sistemas EUV High-NA, que prometen una precisión sin precedentes en el grabado de circuitos.

Ante el blqueo, el resultado de la batalla de los semiconductores sigue siendo incierto, pero los problemas van mucho más allá del marco tecnológico y tendrán profundas repercusiones en la balanza política mundial en los próximos años.

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