Desde que llegó al poder en 2012, el presidente chino Xi Jinping ha purgado a la dirección del Ejército Popular de Liberación (EPL), lanzando una reforma de las estructuras que estaban en vigor desde la creación de la República Popular China en 1949. Se trata de disponer de tropas operativas “capaces de ganar una guerra en la era de las tecnologías de la información”.
En una primera fase, Xi Jinping, quien por sus funciones está también a la cabeza de la potente Comisión Militar Central (CMC), ha atacado la corrupción hasta en los más altos escalones. Numerosos generales han sido detenidos y sustituidos por oficiales considerados cercanos al presidente chino.
A continuación se ha abierto otro frente: el de la transformación del Ejército Popular, acompañada de una reducción de efectivos de unos 300.000 hombres, con un control cada vez más estricto por parte de la Comisión Militar Central, que ha tomado a su cargo, desde el 1 de enero, “la administración general del Ejército Popular, de la Policía Armada Popular de China, de las milicias y de los reservistas”.
Tres nuevas formaciones se han creado en esta etapa, entre ellas un mando general para la sección terrestre del EPL, bajo el control directo de la CMC, una fuerza “de apoyo estratégico”, encargada del espacio, del ciberespacio, de la inteligencia, de la guerra electrónica y de las operaciones psicológicas, así como una “fuerza balística”.
Esta reforma del EPL contiene igualmente una refundición de las regiones militares del país, cuyo número se ha reducido de 7 a 5. La semana pasada, los comandantes de estos nuevos sectores (Norte, Sur, Este, Oeste y Centro) han recibido sus nombramientos de manos del presidente Jinping, a quien rendirán cuentas directamente. Estas regiones militares dispondrán de las capacidades necesarias para hacer frente a misiones particulares.
Por ejemplo, la del Oeste, que abarca principalmente la provincia de Xingjiang, mayoritariamente musulmana y cercana a los núcleos de amenazas de Asia central, teatro habitual de incidentes mortales, se centrará especialmente en el terrorismo, mientras que los sectores Este y Sur se concentrarán sobre los diferentes frentes marítimos de China meridional, en donde Pekín reclama la soberanía sobre varias islas.
“Los oficiales a cargo de los cinco teatros de operaciones se comprometen a establecer centros de mando de combate conjuntos, absolutamente leales, ingeniosos en los combates, eficaces en materia de mando, valerosos y capaces de vencer en la guerra”, informa el Diario del Pueblo, publicación del Partido Comunista de China. Para el Diario, esta reorganización es una “etapa histórica”, que permitirá a las regiones militares superar unos papeles “imprecisos” pasando a una “cadena de mando mas eficaz”. Para Song Zhongping, experto militar citado por el Global Times, esta reforma estructural del EPL está dirigida sobre todo a “reforzar la autoridad de la CMC evitando la formación de ‘capillas’ en el seno del ejército”.
Pronto la CMC contará con una nueva “comisión de disciplina y control”, cuya dirección podría confiarse al general Liu Yuan, amigo de la infancia de Xi Jinping. Su papel será el de inspeccionar los Estados Mayores, las unidades y las nuevas regiones militares.