La cotización de las acciones de las empresas nucleares está a punto de alcanzar un máximo histórico. El motivo es la crisis mudial de la energía y las políticas verdes, que están impulsando a la industria nuclear. Nadie lo hubiera dicho hace 10 años, después del desastre de Fukushima. Afortunadamente para las empresas nucleares, el mundo tiene una memoria de muy corto recorrido, sobre todo si los medios guardan silencio.
Para alcanzar un éxito publicitario, las políticas verdes dependen de China, de la energía nuclear, o de ambos, como está ocurriendo. El gobierno de Pekín tiene “planes para generar una cantidad impresionante de energía nuclear, rápidamente y a un coste relativamente bajo”, dice la agencia Bloomberg (*).
China planea construir al menos 150 nuevos reactores nucleares en los próximos 15 años, más de los que el resto del mundo ha construido en los últimos 35 años. Vivimos en una sociedad en la que todo depende de la imagen pública que vomitan los medios de comunicación diariamente y el campeón de la “contaminación” quiere dejar de que le describan como el mayor emisor del mundo de los llamados “gases de efecto invernadero”. Se presentará como todo lo contrario: el campeón de la descarbonización.
El objetivo final es sustituir casi todos sus 2.990 generadores de carbón por energía limpia para 2060. Para que esto sea una realidad, la energía eólica y solar serán una parte importante del combinado energético del país. La energía nuclear, más cara pero también más fiable, ocupará el tercer lugar, según una evaluación realizada el año pasado por investigadores de la Universidad de Tsinghua.
Antes de la catástrofe de Fukushima, los objetivos nucleares de China eran mucho más ambiciosos, pero una semana después del desastre, el gobierno de Pekín impuso una moratoria a los nuevos proyectos e inició una profunda revisión de la seguridad de todo su programa. En 2014 decidió no construir más reactores que requieran medidas de seguridad activas, como el de Fukushima. Volvió a suspender las homologaciones durante varios años hasta que comprobó el rendimieto de su nueva tecnología.
A principios de este año el gobierno designó la energía atómica como la única fuente de energía con objetivos intermedios específicos en su plan oficial quinquenal. Poco después, el presidente de la empresa estatal China General Nuclear Power formuló el objetivo a más largo plazo: 200 gigavatios para 2035, suficientes para abastecer a más de una docena de ciudades del tamaño de Pekín.
A mediados de esta década China podría superar a Estados Unidos como mayor productor mundial de energía nuclear. El coste del plan asciende a 440.000 millones de dólares. Cerca del 70 por ciento del coste de los reactores será cubierto por préstamos de bancos públicos, a unos tipos de interés muy inferiores a los que pueden obtener otros países, según Francois Morin, director para China de la Asociación Nuclear Mundial.
Esto supone una gran diferencia, porque la mayor parte del coste de la energía atómica está en la construcción inicial. Con un tipo de interés del 1,4 por ciento, que es el mínimo para proyectos de infraestructura en países como China y Rusia, la energía nuclear cuesta unos 42 dólares por megavatio hora, lo que es mucho más barato que el carbón y el gas natural en muchos lugares. Con una tasa del 10 por ciento, que está en el extremo superior del espectro en las grandes potencias, el coste de la energía nuclear se eleva a 97 dólares, más caro que cualquier otra fuente.
“La gente dice que la energía nuclear es cara en Occidente, pero se olvida de decir que es cara por los tipos de interés”, dijo Morin. La Asociación Nuclear Mundial estima que Pekín puede construir plantas por unos 2.500 a 3.000 dólares por kilovatio, aproximadamente a un tercio del coste de los proyectos recientes en Estados Unidos y Francia.
El objetivo de 147 gigavatios adicionales para 2035 costaría entre 370.000 y 440.000 millones de dólares, una posible ganancia para los inversores de CGN Power Co, China National Nuclear Power Co y China Nuclear Engineering & Construction Corp. En la actualidad, las acciones de estas tres empresas públicas han subido entre un 19 por ciento y un 43 por ciento desde agosto, mientras que el índice Hang Seng de Hong Kong ha caído un 2,3 por ciento.
El plan del gobierno chino provocará, además, una demanda sin precedentes de las materias primas del uranio en los mercados mundiales.
(*) https://www.bloomberg.com/news/features/2021-11-02/china-climate-goals-hinge-on-440-billion-nuclear-power-plan-to-rival-u-s