Profesionales de Enfermería, Medicina, Fisioterapia, celadores u odontólogos serán desahuciados el próximo 30 de junio si no hay alternativa habitacional para ellos. Hasta ahora, los afectados se concentran en Albacete, Toledo y Guadalajara.
A principios de abril, el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) contrató a decenas de profesionales extras para cubrir necesidades de servicio derivadas de la crisis del coronavirus y afrontar el colapso sanitario. La oferta de trabajo cubría, además del sueldo, la vivienda.
La Orden 54/2020 de la Consejería de Sanidad estableció un sistema de alojamiento en centros públicos y hoteles para cubrir esta necesidad, pero la semana pasada los alojamientos recibieron una instrucción de la Dirección General de Recursos Humanos del SESCAM ordenando poner fin a los mismos.
En el caso de Albacete, el número de profesionales afectados es de 68, pero en Guadalajara supera el centenar. Según varios medios, el problema que tienen los sanitarios es que no encuentran alquiler para los tres meses que les quedan de contrato y que, además, los arrendadores no contratan a personal sanitario «por miedo de contagio».
Después del romance del personal sanitario con policías, bomberos y aplausos desde las ventanas, todo ha quedado en nada.
Además, los medios puestos a disposición por la Junta de Castilla-La Mancha no parecen asumibles. En el caso de Guadalajara, se les ha ofrecido a los sanitarios un alojamiento de 500 euros al mes por una habitación en la residencia universitaria que la Comunidad tiene en esta ciudad, algo inasumible para la mayoría.
Por eso les aplaudían los policías de balcón, desde la lejanía, no vaya a ser que los "contagien". Todo es hipocresía, cinismo e ignorancia. Y por supuesto interés económico, como siempre. Todos los profesionales de la sanidad terminarán dándose cuenta para qué tipo de sistema económico trabajan y como les exprimen hasta la última gota, como a todos los trabajadores y obreros.