Es la conclusión principal de un documento publicado hoy por el Banco, que ha cifrado en unos 3,75 millones los trabajadores susceptibles de estar más afectados por la destrucción de empleo, ya que trabajan en actividades relacionadas con el turismo (incluyendo el transporte de viajeros), la hostelería y restauración, el ocio y el comercio minorista y mayorista. En total, el 20 por ciento de la fuerza de trabajo activa.
En el lado contrario, el Banco de España sitúa los sectores que, en principio, podrían verse beneficiados por la actual situación y, por tanto, tendrían capacidad de generar nuevo empleo. Se trataría por un lado, de los servicios imprescindibles que posibilitan y agilizan la venta de bienes por Internet (servicios de transporte de mercancías, logística y reparación de vehículos) y, por otro lado, los relacionados con el mayor consumo de ocio doméstico o la sanidad.
Con la extensión del teletrabajo y de las ventas por Internet, otras ramas podrían verse positivamente afectadas, como las relativas a la información y la comunicación, y a la reparación de ordenadores y equipos de comunicación. En total, según los datos manejados por este análisis correspondientes a 2018, los sectores pujantes tras la crisis ocuparía a alrededor de 1,4 millones de personas (un 7,4 por ciento del empleo total).
¿Sería factible un trasvase de trabajadores de los sectores más afectados hacia los que lejos de destruir empleo por la crisis podrían incluso crearlo? El Banco de España concluye, tras analizar las habilidades de unos y otros que ese reciclaje es difícil. «El análisis a partir de las tareas realizadas por los trabajadores de los diferentes sectores sugiere que la movilidad potencial de los empleados más perjudicados por la crisis es escasa, especialmente en la hostelería y el comercio, debido en parte a la limitada intensidad de uso en esos sectores de las tareas asociadas a las tecnologías de la información y las comunicaciones, la escritura, la lectura y las habilidades numéricas».
Los ocupados de las ramas de comercio y hostelería desarrollan, en general, tareas similares a las demandadas dentro de su mismo sector, pero no comparten las habilidades demandadas en otros sectores en posible auge, como la logística relacionada con el comercio por internet o los conocimientos informáticos, que requiere el auge del teletrabajo, por ejemplo.
Entre los trabajadores de las ramas más afectadas, la proporción de mujeres, de jóvenes y de colectivos con menos formación, escasa experiencia y contratos temporales es especialmente elevada. Por ello, estas características dificultan aún más el traspaso de estos trabajadores a unas actividades con mayores exigencias de cualificación y, por tanto, mejores condiciones laborales.
Ante esta evidencia, el Banco de España pone de manifiesto «la necesidad de apoyar la formación en determinadas habilidades de los potenciales desempleados de los sectores más afectados por la crisis para poder facilitar así su tránsito hacia nuevas vacantes», cosa que ahora no ven factible.
https://cincodias.elpais.com/cincodias/2020/05/20/economia/1589975691_779897.html