Ocurre que este tipo de torpezas de carácter absolutamente fascista -el año pasado un juzgado desestimó la prohibición de la entrada al campo de esteladas por parte de la Delegación del Gobierno en Madrid, algo que, esta temporada, se han saltado a la brava y han procedido directamente a esta operación nudista no vaya a ser que una sentencia judicial lo prohíba también- dan pie y acomodo al oportunismo que funge de «izquierda» pero viste y calza de sostén del sistema que no ha mucho decían combatir: estamos hablando de Podemos, como ya habrá adivinado el lector pangenérico (que incluye, pues, a la lectora). Son este tipo de carcundias, como decimos, las que retroalimentan al podemismo andante y su discurso.
La España más cañí acusa a Iglesias -como si fuera un insulto- de «comunista», algo que saben que no es y ni Iglesias se molesta en desmentirlo. Pero, suponiendo por un instante que Iglesias Turrión tuviera o le quedara una brizna de comunista de sus tiempos en IU, lo que diferenciaría, entre otras muchas cosas, a este individuo de un auténtico comunista es la defensa ímproba del derecho a la autodeterminación -o a decidir para los más meliorativos- de Catalunya y resto de naciones oprimidas por la cárcel de pueblos que es el Estado fascista español, cosa que ni Iglesias ni sus acólitos hacen ni harán; al contrario, su pretensión -y así lo proclaman, no lo ocultan- es que Catalunya no se vaya de España, de la democracia española, convenciéndola (seduciéndola), eso sí, con métodos más «civilizados» y menos salvajes y mostrencos que el fascio más rancio y pedestre. Y frente al ultraizquierdismo -de corte troskista seguramente que nunca falta como perejil de todas las salsas- que diría que (los comunistas) nos ponemos a rebufo de la burguesía nacionalista, o sea, explotadora y conservadora, que lo es, seguiríamos apoyando su lucha independentista apoyados en el análisis que distingue entre lo que es, en un momento dado, la contradicción principal de la/s secundaria/as. O sea, la socialdemocracia de siempre, venal y traidora, con ínfulas de rompe y rasga, al principio para vender la mercancía, y sostén y bombero del sistema hecho trizas, o camino de eso.
Buenas tardes.