La propuesta la presentó Nikolai Nentchev, ministro de Defensa, en el último Consejo de Ministros del año. La fecha se ha elegido porque el 21 de febrero de 1941 la oposición búlgara se reunió por primera vez con Nikola Muchanov, dirigente del Partido Democrático, para hacer frente a la incorporación de Bulgaria a las potencias del Eje.
Para Nentchev se trata de recordar a los búlgaros que combatieron al fascismo y no a la lucha antifascista, en general.
A finales de febrero de 1941 el zar Boris III trató de mantener la neutralidad militar de Bulgaria en la Segunda Guerra Mundial, a pesar de las presiones de Alemania e Italia para que se uniera al Eje.
Sin embargo, con la excusa de evitar una ocupación de las tropas nazis instaladas en Rumanía, el 1 de marzo Bulgaria firmó una alianza con los países fascistas.
El gobierno búlgaro considera que el 21 de febrero se podría homenajear a los combatientes de la guerrilla, llamados partisanos, que desataron la lucha armada contra el fascismo, tanto en Bulgaria como en Yugoeslavia y el conjunto de los Balcanes.
Algunos historiadores han criticado la elección del 21 de febrero como fecha para celebrar el día de la resistencia antifascista. Según Milen Semkov, profesor de las Universidad de Sofia, en esa fecha aún no se había formado un verdadero movimiento antifascista en Bulgaria. En las esferas oficiales sólo había unos pocos políticos que aceptaron el acuerdo del gobierno de 1941.
Esos demócratas, afirma Semkov, no pertenecían a un movimiento de resistencia sino que juzgaron con pragmatismo que la elecciones del gobierno llevaría al país a una catástrofe militar, que se sumaría a las experimentadas durante las guerras balcánicas y la Primera Guerra Mundial.