Bruselas quiere fortalecer un organismo intergubernamental creado en 2004 que lleva años aletargado en medio de un laberinto de oficinas y papeles: la Agencia Europea de Defensa (EDA), cuyo papel es mejorar el equipamiento militar de los Veintisiete, algo que nunca ha logrado hasta la fecha.
Un cabecilla describió recientemente a la Agencia como “un hermoso sueño”. Creada en 2004 para fomentar la colaboración entre los Estados miembros de la Unión Europea que desean mejorar sus equipos de guerra, en 20 años nunca ha sido capaz de lograr absolutamente ningún resultado.
Hasta ahora los Estados miembros siempre han favorecido a su industria de guerra, pero sólo movían pequeñas cantidades de dinero. Ahora la guerra va a ser un negocio que va a consumir mucho más dinero.
Además, Bruselas tiene prisa y la OTAN también. La “amenza rusa” les agobia. está Hay que despertar a la “bella durmiente”, que se reunió ayer. Los Jefes de Estado y de Gobierno pidieron el fortalecimiento de la AED “para que pueda desempeñar todo su papel en el desarrollo de las capacidades de defensa, investigación y adquisición”. A partir de ahora los Estados miembros deben ahora elaborar sus presupuestos en licitaciones conjuntas con la Agencia.
“Si no existiera [la AED], la deberíamos crear hoy”, dijo el martes un burócrata europeo.
De carácter intergubernamental, la estrategia de la EDA la diseña un comité directivo formado por los Ministros de Defensa de los Veintisiete. Dinamarca se ha incluido desde 2023, después de decidir en un chapucero referéndum el año anterior unirse a la política de seguridad y defensa de la Unión Europea. Generalmente el comité, que preside Kaja Kallas, se reune dos veces al año.
Esta administración es muy adecuada para los Estados miembros, algunos de los cuales siempre han sospechado que la Comisión Europea quiere seguir asumiento cada vez más competencias en el ámbito de la defensa. Ursula von der Leyen siempre se ha destacado por emitir declaraciones fuera del tiesto en la materia, es decir, fuera del alcance de sus funciones.
A principios de octubre la cumbre informal de Copenhague aclaró las funciones. “Nuestra Dirección General DEFIS [bajo el supervisión del encargado de defensa, Andrius Kubilius], tiene solo 300 personas que ya tienen una gran carga de trabajo, no es ella quien puede hacer el trabajo solicitado a la EDA”, dijo la Comisión. La propia AED trabajará en estrecha colaboración con quienes en cada país se encarguen de la compra de armas.
Cada año la Agencia será responsable de elaborar un informe sobre el progreso del rearme, “porque solo se pueden alcanzar los objetivos que se miden”, dijo un miembro de la Comisión. Ahora, con una plantilla de 230 funcionarios, el DEA tendrá que reclutar más. En particular, será necesario asegurar la pericia para firmar contratos en el futuro.
Uno de los nuevos reclutas es André Denk, un general alemán que ha operado en Afganistán y Bosnia Herzegovina, nombrado subdirector de la ACN en 2023 y luego director en mayo pasado.
En las oficinas de la AED se justican diciendo que los cabecillas de alto nivel, que combinan los límites de los asuntos exteriores y el vicepresidente de la Comisión, no tienen tiempo para entrar en los tecnicismos propios de la compraventa de armas. Quieren nombrar una personalidad de alto nivel capaz de dar un impulso a un organismo aletargado por 20 años de inactividad.
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