Suecia: ‘del dicho al hecho hay un trecho‘ |
Las proyecciones aterradoras no se han cumplido en absoluto. No era un error, sino un auténtico montaje adobado por ordenadores y matemáticas. Después del espantoso ridículo, los científicos de verdad han empezado a pedir explicaciones a los mercenarios, empezando por el mafioso que encabezó el diseño del modelo, Neil Ferguson, que pronosticó 2,2 millones de muertos en Estados Unidos (1). Actualmente son 80.000, a pesar de inflar las cifras con todo tipo de cadáveres.
Buena parte de los fraudes de la ciencia moderna tienen el mismo origen en los modelos informáticos. Ferguson y sus sicarios han reconocido que, en efecto, el modelo presenta “problemas” que hasta la fecha no han sido capaces de resolver.
Un antiguo informático de Google ha analizado el código fuente y asegura que tiene desviaciones tan grandes que van mucho más allá de lo que en estadística llaman “márgenes de error”.
Lo que cabe esperar de los “amantes de la ciencia” como Gates es que ahora destinen otros 79 millones de dólares a corregir los “errores” del anterior.
Ferguson formó parte del grupo de “expertos” que convenció al Primer Ministro británico Boris Johnson para que abandonara la estrategia anterior, similar a la de Suecia, para evitar las 510.000 muertes previstas por el modelo informático para Gran Bretaña.
Durante un mes estuvieron ocultando el código fuente del modelo. Ante las presiones, lo publicaron el 27 de abril en el repositorio de GitHub (2), pero con una inusual salvedad: los archivos con los parámetros concretos eran sólo unos ejemplos y no reflejaban los que utilizaron en sus previsiones.
El truco fue el siguiente: publicaron un algoritmo genérico que permite a otros elaborar modelos epidemiológicos para cualquier país del mundo, pero no el que ellos utilizaron para Gran Bretaña y Estados Unidos.
A un equipo científico de Upsala, en Suecia, se le ocurrió transplantar el modelo de Londres a su país con una política, como la actual, de “puertas abiertas”, es decir, sin confinamiento, y las conclusiones fueron que la catástrofe estaba segurada. Para impedir la sangría humana, Suecia debía apuntarse al confinamiento. Las previsiones multiplicaban por 40 las cifras reales y conocidas, lo que suponía un total de 40.000 cadáveres para el 1 de mayo y casi 100.000 para el próximo mes de junio.
Afortunadamente el gobierno de Suecia no se dejó arrastrar por los delirios de ese tipo de “expertos” y sus modelos informáticos. El tiempo le ha dado la razón: el número de muertes a fecha de hoy es de 3.460 muertes imputadas al virus.
Así son los “expertos”: si la realidad no confirma una teoría, lo que hay que cambiar es la realidad para agradar los oídos de Bill Gates o cualquier otro que ponga el dinero encima de la mesa.
(2) https://github.com/mrc-ide/covid-sim/issues/144