Gates financia a las grandes cadenas de comunicación y éstas le correspoden llenándole de elogios y denostando cualquier opinión crítica. Gracias a la extensión de la pandemia por Estados Unidos, Gates ha aparecido en cada una de las más importantes cadenas de comunicación: CNN, CNBC, Fox, PBS, BBC, CBS, MSNBC, The Daily Show y The Ellen Show.
En la BBC, Gates se describió a sí mismo como un “experto en salud”. Quizá en condición de tal, en febrero el New England Journal of Medicine le publicó un artículo y una revista de moda como Vogue pregunta: “¿Por qué no está Bill Gates dirigiendo el equipo de trabajo [de la Casa Blanca] sobre el coronavirus?” (2).
Una intensa campaña de propaganda se combina con la actividad “desinteresada” de una red de fundaciones benéficas, como corresponde al ámbito de la salud, que culminan en la OMS. Detrás de esa tela de araña están los beneficios de la industria farmacéutica, el cemento que suelda cada una de las piezas.
La Fundación Gates es la mayor del mundo, con más de 51.000 millones de dólares en activos a finales del año pasado. La mayoría de sus recursos están destinados a “reducir las muertes por enfermedades infecciosas”.
Según Gates, la distribución de una vacuna contra el coronavirus a la población mundial es “la solución definitiva” a la epidemia. Por su parte, el director general de la Fundación Gates, Mark Suzman, proclamó que “una vacuna eficaz debe estar disponible para 7.000 millones de personas”.
Pero aunque la vacuna sea una pócima milagrosa, no cabe descartar que algo pueda fallar. Por eso en junio Melinda Gates le dijo a la revista Time que los primeros en ser vacunados debían ser los negros de Estados Unidos (3). Sus vidas importan menos, sobre todo si son pobres.
Gates es la mayor fuente de financiación de los laboratorios de vacunas del mundo. Ha destinado más de 300 millones de dólares a la del coronavirus (4) y ha apoyado los ensayos de empresas como Inovio Pharmaceuticals, AstraZeneca y Moderna.
Su Fundación ha creado y financiado la Coalición para la Preparación ante Epidemias (CEPI), que ha invertido hasta 480 millones de dólares en “una amplia gama de candidatos a vacunas y plataformas tecnológicas” (5).
¿Dilapida Gates su dinero?, ¿lo derrocha en labores benéficas?, ¿es un filántropo, como dice la prensa? Nada más lejos de la realidad: a pesar de tantas y tan generosas “ayudas”, su fortuna se ha duplicado en las últimas dos décadas.
Gates es el mascarón de proa de los grandes monopolios farmacéuticos. No gasta ni un céntimo; lo invierte. Al tiempo que promueve la vacunación masiva, su Fundación compra acciones en las empresas que las fabrican y las distribuyen. Actualmente la Fundación es accionista de empresas farmacéuticas como Merck, GSK (GlaxoSmithKline), Eli Lilly, Pfizer, Novartis y Sanofi (6).
No lo oculta. En su sitio web, la Fundación afirma que su misión es buscar “oportunidades de beneficio mutuo” con ese tipo de empresas. “Estamos buscando modelos más eficaces de colaboración con los principales fabricantes de vacunas para identificar y aplicar mejor las oportunidades de beneficio mutuo” (7).
Los cabecillas pasan de la Fundación a las empresas, y también recorren el viaje de vuelta. Kate James trabajó en GSK (GlaxoSmithKline) durante casi 10 años y luego se convirtió en la Directora de Comunicación de la Fundación Gates.
Penny Heaton, antigua directora de los planes de vacunación de la Fundación y actual directora del Instituto de Investigación Médica Bill & Melinda Gates, proviene de las mayores empresas mundiales de la farmacia: Merck y Novartis.
El Presidente de la Fundación para la Salud Mundial, Trevor Mundel, ha ocupado puestos de responsabilidad en Novartis y Pfizer. Su predecesor, Tachi Yamada, fue anteriormente un ejecutivo de alto rango en GSK.
Gates ha creado todo un modelo de negocio en materia de salud: inventa la necesidad (pandemia) y después el remedio (vacuna). Para ampliar el mercado y los beneficios es necesario que haya enfermedades y epidemias; cuantas más mejor.
(1) https://www.washingtonpost.com%2ftechnology%2f2020%2f05%2f02%2fbill-gates-coronavirus-science%2f/
(2) https://www.vogue.com/article/bill-gates-trump-who-coronavirus-task-force
(3) https://time.com/5847483/melinda-gates-covid-19/
(4) https://www.gatesfoundation.org/Media-Center/Press-Releases/2020/05/Bill-and-Melinda-Gates-Foundation-Statement-about-todays-Coronavirus-Global-Response-Summit
(5) https://cepi.net/research_dev/our-portfolio/
(6) https://www.thenation.com/article/society/bill-gates-foundation-philanthropy/
(7) https://web.archive.org/web/20200312034216/https://www.gatesfoundation.org/What-We-Do/Global-Health/Discovery-and-Translational-Scienceshttps://web.archive.org/web/20200312034216/https://www.gatesfoundation.org/What-We-Do/Global-Health/Discovery-and-Translational-Sciences
Bill Gates era un asiduo del patrón de la pedofilia para la alta sociedad, Jeffrey Epstein, que aparece en el centro de la foto, tomada en 2011 en la mansión que Epstein tenía en Manhattan. También aparecen de izquierda a derecha: James E. Staley, que en aquel momento era un alto cabecilla de la banca JPMorgan y luego pasó al Barclays Bank; el Secretario del Tesoro Lawrence Summers; los otros tres son Epstein, Gates y Boris Nikolic, asesor científico de la Fundación Gates.
Gates aplica el método clásico PRS-Problema Reacción Solución. Ni más ni menos. Crea un problema, real o ficticio, la pandemia, se produce una reacción de la población como consecuencia de la histeria y el pánico trasmitido en enormes dosis por los medios de manipulación de masas y los gobiernos títeres, demandando soluciones rápidas y eficaces, y tachánnn, solución del mismo creador, siempre favorable a sus intereses. Un criminal que por arte de magia es un héroe salvador.
Por lo que procede defenderse tal y como preconizan en este trabajo youtube.com/watch?v=TFwn7PZqhNU&feature=emb_title del que extracté el siguiente párrafo: «La adherencia obstinada a medidas y declaraciones ya refutadas, que van en contra del mejor conocimiento o evidencia comprobada, es un delito penal en este contexto, y que finalmente un cambio drástico en el sistema político de partidos y en las estructuras de toma de decisiones es necesario, porque solo esto asegurará que evitamos la continuación o una repetición de este enfoque antidemocrático».