Las redes sociales se han convertido en una de las herramientas más importantes de control ideológico y político, como la pandemia está poniendo de manifiesto. Los gobiernos ya no pueden funcionar sin manipularlas a fondo.
El gobierno de Biden acusa a Facebook de no purgar suficientemente los contenidos críticos hacia las vacunas, contribuyendo a que la población se mantenga indecisa.
La Casa Blanca estudia reformar la ley federal que exime de responsabilidad legal a las redes sociales para sancionar a Facebook por no lograr que la política de vacunación del gobierno salga adelante.
“Lo estamos investigando, y ciertamente deben rendir cuentas”, dijo Kate Bedingfield, directora de comunicaciones de la Casa Blanca, en respuesta a una pregunta sobre la referida ley (*).
Biden apoya la derogación de la Sección 230 de la ley, aunque para ello necesita recurrir al Congreso. También muchos republicanos se oponen a la Sección 230 y desean acabar con ella. Ambos partidos la consideran como un privilegio que beneficia a las empresas tecnológicas.
La Casa Blanca quiere que Facebook censure más contenidos y considera que la Sección 230 es un obstáculo para lograr ese objetivo.
Las redes sociales -y Facebook en particular- no pueden censurar más de lo que ya han censurado. La oposición a las vacunas no procede de ahí porque, según las encuestas, los usuarios de Facebook son más propensos a vacunarse que el estadounidense medio.
El 85 por ciento de los usuarios de Facebook en Estados Unidos se han vacunado o quieren vacunarse y el objetivo del gobierno era que se vacunen el 70 por ciento de los estadounidenses antes del 4 de julio. Facebook no es la razón por la que el gobierno no ha alcanzado su objetivo.
Quienes desinforman no son los usuarios sino los gobiernos. El de Estados Unidos, como todos los demás, ha estado mintiendo sobre la pandemia desde las primeras directrices sobre las mascarillas. No es de extrañar que la población se sienta engañada.
Si la Casa Blanca quiere promover la vacunación, lo tiene muy fácil: debería presionar a la FDA para que apruebe las vacunas de manera defintiva y no con una mera autorización de emergencia. De esa manera, dejaría bien claro que las vacunas no son experimentales, es decir, que no están tratando a las personas como cobayas de laboratorio.
(*) https://www.cnbc.com/2021/07/20/white-house-social-networks-should-be-held-accountable-for-spreading-misinfo.html
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