El decreto alcanza a los presos de derecho común, a los condenados por complicidad en delitos de terrorismo y a los desertores del ejército. Según una ley publicada en julio de 2012, en Siria califican como “terrorismo” todos los delitos que se cometan con armas contra el Estado.
Pero la amnistía no es tal. Según la agencia de noticias siria Sana, en la mayoría de los casos se trata más bien de un indulto con una conmutación de penas.
Por ejemplo, la pena capital es sustituida por el trabajo forzoso de por vida, dice uno de los artículos del decreto. A su vez, la pena de trabajos forzados de por vida para las personas amnistiadas se reemplaza por una sentencia de trabajos forzados de 20 años.
Además, en lugar de una sentencia de por vida, los presos tendrán que permanecer en la cárcel durante 20 años.
El decreto indulta a los secuestradores a condición de que liberen a sus víctimas sin indemnización en el plazo de un mes.
Las personas condenadas que padezcan una enfermedad incurable y tengan 75 años de edad o más en el momento de la firma del decreto estarán exentas de cualquier sanción. Los casos especiales serán examinados por un comisión especial.
También se concede el indulto a quienes hayan eludido la justicia si se entregan voluntariamente a los tribunales en un plazo de tres meses a partir de la firma del decreto. El plazo para los que viven en el extranjero es de seis meses.
Sin embargo, las personas condenadas a muerte cuyos actos hayan causado la muerte de una o más personas no podrán ser indultadas.
Este indulto no es el primero desde el inicio de la guerra en 2011, pero es el más amplio.
El último indulto se promulgó en octubre del año pasado y se refería únicamente a los desertores y reclutas del ejército que no habían completado el servicio militar obligatorio.