Hoy, el Movimiento Antirrepresivo de Madrid, un espacio formado por decenas de colectivos, organizaciones y activistas madrileñas en lucha contra la represión del Estado español, queremos señalar a uno de los máximos representantes del aparato represivo: el juez de la Audiencia Nacional (hoy Ministro de Interior), Fernando Grande-Marlaska.
Su nombre ya era conocido antes de ocupar la cartera de Interior. Fue su participación en las torturas a jóvenes vascas y comunistas lo que le hizo tristemente conocido tanto en el Estado español como fuera del mismo.
El entonces juez de Instrucción Grande-Marlaska impulsó y amparó las torturas sistemáticas que la Policía y la Guardia Civil llevaba a cabo en sus mazmorras. Hasta el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura se vio obligado a emitir un duro informe contra la actuación del Ministro de Interior.
Es importante que estos hechos no caigan en el olvido máxime cuando el PSOE, con un falso discurso supuestamente progresista, ocupa de nuevo el Gobierno del Estado. No solo ha habido represión durante los gobiernos del Partido Popular, los Gobiernos del PSOE han mantenido y, en ocasiones, aumentado cualitativamente esta represión.
Un buen ejemplo de ello: el torturador Grande-Marlaska será ahora el máximo dirigente del Aparato represivo del Estado. Pero hay más ejemplos; lejos de cumplir la promesa de derogar las Leyes Mordaza ya el PSOE ha anunciado que se limitará a efectuar pequeños cambios (aun eso está todavía por ver) y, además, el PSOE, junto con otros partidos, forman parte del llamado “Pacto antiyihadista” que tiene como objetivo continuar y extender al conjunto de los movimientos obreros y sociales las estrategias de represión. Y es que, en cuestión de represión, no se trata de uno u otro partido sino que es un fenómeno estructural que responde a la lógica del Régimen político y económico que impera actualmente.
Una de las tareas del Movimiento Antirrepresivo debe ser la de desenmascarar a los responsables de esta represión. El PSOE, en una estrategia de “Pinkwhasing” (el uso de un falso discurso “gayfriendly” para hacer un lavado de cara de las políticas reaccionarias que llevan a cabo), pretende hacer pasar a un torturador como un progresista. Las activistas, las sindicalistas, las antifascistas así como el movimiento feminista y también el movimiento LGTBI sabemos que no podremos avanzar en nuestros derechos sin antes combatir la represión sistémica que nos acosa día a día.
Nos quieren solas, en luchas aisladas para vencernos con más facilidad. Pero nos hemos unido, compartimos experiencias y cuidados, tejemos redes solidarias para combatir mejor la represión. Hemos pasado a la ofensiva y no pararemos hasta conquistar nuestra meta: la amnistía total y la derogación de todas las leyes represivas.