El sábado la flota rusa amarrada en el puerto de Sebastopol, en Crimea, fue atacada por nueve drones aéreos y siete submarinos. Anteriormente, se localizó y fotografió un dron submarino que había encallado en Crimea.
Durante el ataque, un dron estadounidense de vigilancia voló en círculos al sur de Crimea. Probablemente su objetivo era orientar a los drones de ataque.
Los drones submarinos eran británicos y estaban operados por miembros de la Armada ucraniana previamente entrenados por ellos. La Armada británica ya participó directamente en el ataque al gasoducto Nord Stream.
Los ucranianos han publicado dos vídeos tomados por los drones marítimos durante el ataque. Uno de ellos muestra a un helicóptero ruso disparando para tratar de derribarlos.
Los rusos afirman que todos los drones aéreos y 4 de los 7 drones marítimos fueron destruidos antes de que pudieran causar algún daño. También afirman que una embarcación de búsqueda de minas fue alcanzada en el puerto.
Como resultado del ataque, Rusia ha suspendido el acuerdo que permitía la exportación de trigo ucraniano. En Estambul, el Centro de Coordinación Conjunta que supervisa el acuerdo de exportación de grano ucraniano dijo que la delegación rusa que participa en las inspecciones de los buques que transportan grano ucraniano se ha retirado “por un período indefinido”.
Ayer el ejército ruso añadió que el ataque había incluido el uso de la zona segura dedicada al transporte de grano ucraniano. Uno de los drones utilizados en el ataque podría haber sido lanzado “desde uno de los barcos civiles fletados por Kiev o sus amos occidentales para exportar productos agrícolas desde los puertos marítimos ucranianos”.
El sábado el gobierno ucraniano denunció que el pretexto de Rusia era falso y que las exportaciones de grano eran ya imposibles. Según el sitio web especializado Marine Traffic, esta mañana sólo dos buques cargados de grano han salido de los puertos ucranianos.
No obstante, el acuerdo sobre el trigo ya estaba siendo saboteado porque, como cabía esperar, las potencias occidentales no han cumplido su parte: permitir la exportación de fertilizantes rusos a terceros países.
Hay que esperar más represalias por parte de Rusia y, en especial, ataques contra la Marina ucraniana. También es posible que se produzcan nuevos ataques contra las infraestructuras ucranianas.
Mientras tanto, los intentos del ejército ucraniano de penetrar en las líneas rusas han fracasado uno detrás de otro, con enormes pérdidas. Ahora los intentos son mucho más reducidos, con un solo batallón o, en algunos casos, dos compañías, normalmente mercenarios y fuerzas especiales de Polonia y Georgia.