Todo comenzó el 18 de marzo después de que, por presiones de Estados Unidos, el gobierno de coalición del PSOE y Podemos anunciara su decisión de apoyar el plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental, y terminó el 8 de junio con la suspensión por parte de Argel del tratado de amistad que ha enmarcado las relaciones entre los dos vecinos mediterráneos durante 20 años.
El mismo día, Argelia decidió congelar las operaciones de domiciliación bancaria para las importaciones y exportaciones con España. En menos de tres meses, varios anuncios sucesivos han reducido las relaciones entre Argelia y España a su forma más simple.
El dramático giro del gobierno de Pedro Sánchez sobre el Sáhara Occidental ha sido calificado por Argelia como una segunda traición al pueblo saharaui, siendo la primera el hecho de haber dejado que Marruecos ocupara el territorio tras su retirada en 1975.
Argelia retiró por primera vez a su embajador en Madrid el 19 de marzo, y luego anunció que modularía sus relaciones con otros países del sur de Europa, especialmente en materia de cooperación energética.
La crisis con España se produjo en un contexto de tensión mundial por el gas debido a la Guerra de Ucrania. España e Italia, conectadas por gasoductos a Argelia, pidieron a esta última entregas adicionales que aseguraran su abastecimiento inmediato y que les permitieran convertirse en un centro de gas para Europa.
Por ello, Argelia ha optado por Italia, con quien se firmó un contrato el 11 de abril para aumentar las entregas a 9.000 millones de metros cúbicos de aquí a 2023-2024.
El acuerdo se firmó con motivo de la visita a Argel del Primer Ministro italiano Mario Draghi. A esta visita seguirá la del Presidente Abdelmadjid Tebboune en Italia, el 25 de mayo, durante la cual se firmaron acuerdos que afectan a otros sectores y se reafirmó la excelencia de las relaciones argelino-italianas.
Mientras tanto, las relaciones con el otro vecino mediterráneo se deterioraban. Argelia se ha comprometido a respetar sus compromisos contractuales de suministro de gas a España, su segundo cliente mundial, pero nada más.
A finales de abril, el Ministerio de Energía llegó a amenazar con suspender estos suministros si España abastecía a Marruecos de gas argelino. Siguiendo con el plano económico, los medios de comunicación españoles informaron de que Argelia había cerrado su mercado a la carne de vacuno española, mientras que los importadores argelinos se quejaron en una reciente sentada frente al Ministerio de Comercio de que sus productos importados de España estaban bloqueados.
Argelia acabó formalizando estas represalias económicas con la simple congelación del comercio exterior con España, que es uno de sus principales socios comerciales en el mundo. La decisión de congelación fue anunciada el miércoles por la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras de Argelia (Abef). Un duro golpe para la economía española.
Ayer Pedro Sánchez justificó ante el Parlamento la traición al Sáhara y eso ha precipitado la suspensión por parte de Argel del acuerdo de amistad.
El giro del 18 de marzo se produjo tras el chantaje de Marruecos sobre la cuestión migratoria y la de los enclaves españoles de Ceuta y Melilla. El gobierno de coalición de PSOE y Podemos no se tomó en serio la reacción de Argel, que ahora está socavando seriamente esos mismos intereses. Sin embargo, las advertencias de Argelia no han faltado a lo largo de este periodo.
“Lo que está ocurriendo entre Argel y Madrid no es sólo una nube otoñal que se disipará rápidamente. Los que hablan de un enfado temporal de Argelia, no están en fase con la realidad”, dijo a mediados de abril Amar Belani, enviado especial argelino encargado del Sáhara Occidental y los países del Magreb.
Por su parte, el Secretario General del Ministerio de Asuntos Exteriores argelino declaró a un periódico italiano a finales de marzo que Argelia “revisará todos los acuerdos con España”.