Algunos países europeos estudian enviar tropas a Ucrania al margen de la OTAN

El tabú sobre el envío de tropas europeas a Ucrania de manera oficial y abierta se ha roto últimamente. Los europeos quieren quitarse la máscara. Se habla abiertamente de algo que parecía impensable hace apenas unos meses.

El 26 de febrero Macron provocó el debate declarando que no descartaba enviar tropas a Ucrania y los políticos occidentales responden con declaraciones contradictorias sobre el asunto. ¿Qué está pasando?, se pregunta la revista Foreign Affairs (*).

Scholz, Sunak y Biden reaccionaron muy mal a la propuesta de Macron, convertido en el ariete del rearme militar y la guerra contra Rusia. Sin embargo, la situación podría cambiar, por lo menos en el este de Europa: el ministro de Defensa finlandés y el ministro de Asuntos Exteriores polaco apoyan el llamamiento de Macron y afirman que están dispuestos a desplegar tropas en Ucrania de manera descarada.

Foreign Affairs relaciona la situación en Europa oriental con la inminente llegada de Trump a la Casa Blanca. Macron y sus secuaces quieren crear una situación irreversible que obligue a Trump a sostener la guerra de Ucrania, tanto si le gusta como si no.

Pero es absurdo confiar en que Francia y los suyos se conviertan en una versión europea del movimiento de los Países No Alineados, dice Foreign Affairs. Los países europeos, incluida Francia, están intrínsecamente vinculados a la OTAN; no son nada sin la OTAN.

La revista recuerda el artículo 5 de la Carta fundacional de la Alianza, la defensa colectiva, algo que no ha existido nunca, como demuestra a cada paso la Guerra de Ucrania precisamente. La OTAN sólo se pone en marcha colectivamente cuando Estados Unidos -y nada más que Estados Unidos- así lo decide.

No es el caso actual. Foreign Affairs argumenta que “si las fuerzas europeas actúan fuera del marco de la OTAN y en territorio de la Alianza, cualquier baja no provocará una respuesta en virtud del artículo 5 y no implicará a Estados Unidos en el conflicto”. En última instancia, “el adversario de Moscú no será la OTAN, sino una coalición de países europeos”. En otras palabras, se trataría de una coalición de miembros de la OTAN que no actúa como OTAN.

Naturalmente el galimatías sirve para encurbir una situación de facto que ya existe en Ucrania y que a partir de ahora podría trasformarse en una situación de iure, es decir, en otro galimatías, esta vez abiertamente, sin subterfugios.

La explicación es la siguiente: si algunos países europeos intervienen abiertamente en Ucrania, los ataques del ejército ruso no se considerarían ataques contra la OTAN y, por lo tanto, no comprometerían a Estados Unidos, que es de lo que se trata.

Pero eso es un puro formalismo jurídico porque el artículo 5 no opera en el caso de un ataque “contra la OTAN”, sino contra alguno de sus miembros.

En cualquier caso, si algunos países europeos intervienen abiertamente en Ucrania, se trataría de una declaración de guerra contra Rusia en la que los europeos asumirían -abiertamente- la condición de agresores.

Esa intervención convertiría en evidente lo que ahora es sólo latente: que Rusia se defiende a una agresión exterior, como repite el Kremlin desde hace dos años. Sería una manera de darles la razón.

(*) https://www.foreignaffairs.com/ukraine/europe-not-nato-should-send-troops-ukraine

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