Alemania está atravesando un invierno demográfico tan frío que las empresas y los sectores de servicios del país no pueden encontrar fuerza de trabajo. Para remediarlo, hace años que Berlín planea importar trabajadores para activar su economía.
En Alemania hay una gran demanda de mano de obra. Según la Cámara de Comercio de la Industria Alemana (DIHK), el 53 por cien de las empresas tienen dificultades para cubrir los puestos vacantes. Cada año se necesitan alrededor de 400.000 nuevos trabajadores calificados, incluidos especialistas como ingenieros electrónicos, electricistas, enfermeras, ingenieros mecánicos, consultores y gerentes de servicio al cliente.
Primero firmaron un contrato con Kenia para importar 250.000 trabajadores, como ya relatamos, y ahora ha firmado otro con Uzbekistán para llevar más trabajadores a Alemania. El país asiático es uno de los pocos con una proporción elevada de jóvenes con buenas calificaciones.
El principal canal de televisión alemán, ARD, dice que “Uzbekistán tiene una alta tasa de natalidad y, por tanto, una población joven” y “no hay suficientes puestos de trabajo para ellos en el país”.
El Canciller alemán Olaf Scholz inició el 15 de septiembre en Uzbekistán un viaje de tres días a Asia Central, donde firmó un acuerdo migratorio y asistió al Formato 5+1 que reúne a Kazajstán, Uzbekistán, Turkmenistán, Tayikistán y Kirguistán. La ARD especifica: “Situada entre Rusia y China, la región tiene importancia geopolítica.
Para Alemania se trata de nuevos mercados: petróleo, gas y otras materias primas. Al gobierno federal le gustaría que se enviara más petróleo kazajo a la refinería PCK en Schwedt, Brandeburgo, donde Nord Stream debía entregar su materia prima energética. Una decena de empresarios acompañaron al canciller con la esperanza de realizar buenos negocios. Berlín apuesta por la importación lejana de hombres y mujeres, pero también de materias primas de esta región de Asia Central.
El viaje de Olaf Scholz a Uzbekistán se explica también por la existencia de una minoría alemana en esta República. En este Estado de Asia Central, situado en las inmediaciones de Kirguistán y Kazajstán, todavía viven unos miles de ciudadanos uzbekos de origen alemán. La mayoría de los miembros de la minoría alemana viven actualmente en las ciudades de Tashkent, Bujara, Samarcanda y Fergana. En estas cuatro ciudades también se organizan en centros culturales alemanes.
Alemania también utiliza Uzbekistán como trampolín para deportar a inmigrantes afganos. Los medios de comunicación alemanes han revelado que el gobierno uzbeko ha aceptado acoger a los deportados afganos para obtener el contrato de migración de Alemania.